La semana pasada la calima inundó el ambiente de las Islas Canarias durante más de cuatro días seguidos. Sin embargo, el fin de semana podían ver el cielo con mayor claridad a medida que el polvo en suspensión se iba disipando. Pero esta situación no durará demasiado tiempo. Una nueva borrasca situada al norte de África se va a encargar de intensificar la calima durante los próximos días y de enturbiar aún más el ambiente. Atención: podría tener un impacto en la salud si se extiende demasiado en el tiempo.
En el archipiélago canario es común la presencia de la calima o el polvo en suspensión que es un fenómeno meteorológico que se produce en la atmósfera y que suele venir acompañado de partículas de polvo y arena (e incluso cenizas y arcilla). Como resultado, dejan un ambiente turbio que molesta y asfixia en muchas ocasiones. Aunque no lo parezca, la calima es más común en invierno, debido a la dirección que adquieren los vientos, de componente este, que arrastran el polvo del desierto del Sáhara y provocan que no podamos ver más allá de 10 metros.
Desde este miércoles se espera que la borrasca situada sobre Argelia y Marruecos pueda inducir una nueva entrada de polvo sobre las islas, incluso más extensa que la anterior, según estiman los modelos. Por ello, habrá que estar muy atentos por allí y evitar hacer ejercicio al aire libre o ingerir abundantes líquidos, especialmente en niños y ancianos, para evitar la deshidratación.
Este fenómeno que es común en el archipiélago puede suponer un impacto en la salud cuando dura varios días. Los vientos también pueden arrastrar partículas microscópicas de bacterias, polen, hongos y elementos contaminantes de las industrias de Marruecos, Argelia y Túnez, por ejemplo. Esto puede generar varios síntomas relacionados con los problemas respiratorios e irritación de las mucosas, lo que suele generar la típica obstrucción nasal, picor en los ojos e incluso tos.
Además, si la calima es persistente y más abundante -como se espera en los próximos días- pueden aparecer hasta broncoespamos (dificultades severas para respirar), dolor en el tórax y asma. En cantidades excesivas puede derivar incluso en algunas crisis de ansiedad, según los expertos. Por ende, se recomienda a las personas con enfermedades respiratorias que sean precavidos en estos casos y mantenerse informados de las predicciones meteorológicas para evadir riesgos.
Se pueden seguir algunos consejos para impedir que el polvo en suspensión afecte a nuestros hogares o a nuestra rutina. Para ello, es recomendable cerrar las ventanas y usar mascarillas si queremos salir al exterior, sobre todo aquellas personas que padezcan enfermedades respiratorias o cardiovasculares.