Viento huracanado, nieve y poca visibilidad por la combinación de ambos, además del frío helador. La borrasca Dennis todavía no es más que un pequeño centro de baja presión que coge fuerza al este de la isla canadiense de Terranova antes de desembarcar en el Atlántico Norte, pero los meteorólogos no tienen duda de que va a hacer historia entre el viernes y el domingo. Le peor de sus consecuencias se espera en Islandia, donde las autoridades toman todas las precauciones posibles.
"No se recomienda viajar y las personas deben permanecer en el interior", advierte el Servicio Meteorológico Islandés. Todo el país se encuentra bien en aviso naranja o rojo y los expertos ponen a la población en el peor de los escenarios previstos para garantizar la seguridad.
Si tienes un viaje programado a Islandia por San Valentín, cancela. Además de aconsejar a los residentes que se queden en casa y agarrar los artículos susceptibles de salir volando, las autoridades recomiendan a los trabajadores "asegurar los sitios de construcción" y a los dueños de embarcaciones sujetar lo más posible sus barcas porque están previstos "niveles más altos del mar debido a la marejada ciclónica".
La Península Ibérica se encuentra bajo su habitual seguridad anticiclónica, ajena a los temporales que se viven en buena parte de Europa. Excepto en el norte. A Galicia y el Cantábrico se contagian como en 'efecto dominó' las olas de Dennis y su antecesora.
Esta que mencionamos, sin nombrar por los grupos meteorológicos europeos a pesar de su bajísima presión –sí ha sido bautizada Uta por la Universidad de Berlín– está actualmente preparando el terreno para Dennis. Su centro ronda los 932 hectopascales en el entorno de Islandia y sus vientos se sienten desde primera hora en la isla con rachas de más de 120 km/hora.
Se prevé que Dennis sea una de las borrascas más profundas no sólo en el Atlántico sino en el mundo. Su presión mínima podrá alcanzar los 916 hPa al suroeste de Islandia después de sufrir una pronunciadísima ciclogénesis explosiva que le llevaría a desplomarse alrededor de 50 hPa en un solo día. Para que se dé este fenómeno (también llamado bombogénesis) tan sólo es necesario que la presión caiga 24 hPa en 24 h, es decir, la mitad.
De superar la expectativa, Dennis podrá batir un récord de presión mínima. De hecho, podemos decir que la presión en su núcleo se asemeja a la de un huracán de categoría 4, aunque el resto de sus características poco tienen que ver. El campo de vientos y la organización en torno al 'ojo' es totalmente diferente. Además, los huracanes no tienen frentes. Dennis sí: uno de ellos llegará a España seguramente el lunes.