Barcelona declara la emergencia climática en la ciudad y exige medidas en firme para luchar contra la contaminación.
Para ello pretenden reducir la movilidad en coche privado, fomentar la energía solar en los edificios y reducir la contaminación acústica entre otros.
Desde el consistorio toman ejemplo, por eso todos los concejales y funcionarios viajarán a partir de ahora en tren en lugar de en avión en distancias inferiores a 1000 kilómetros.
También toque de atención al puerto y al aeropuerto de la ciudad, dos de los transportes más contaminantes, donde quieren reducir el número de cruceros que hacen escala y acabar con el puente aéreo.