El verano ya está aquí, y ha llegado con un cambio brusco de tiempo. A punto de poder movernos por el país en la nueva normalidad, muchos miran a la playa o la sierra con ansia de despejarse bajo una sombrilla o dentro del agua. No es de extrañar, a partir del domingo el calor irá in crescendo y llegaremos a la próxima semana, la última completa de junio, con unas temperaturas que resultarían demasiado altas incluso para julio. Te contamos la previsión.
No habrá ni rastro de nubes el domingo. Tampoco el lunes y el martes. Si acaso, las habrá en Galicia por la tarde por ese frente que llegará muy debilitado asociado a una borrasca muy profunda que afecta a Reino Unido, y tampoco se descartan por la tarde en zonas altas. Por allí el calor ascenderá y podrá formar nubes que dejen las típicas lluvias puntuales de verano.
A partir del miércoles podrán formarse más tormentas por las tardes en las zonas de montaña y alrededores, y para el jueves crece la probabilidad de “precipitaciones intensas en el norte de Galicia, Cantábrico y Pirineos”, especifica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
En Canarias, aunque serán muy débiles, se producirán lluvias intermitentes toda la semana en las islas más orientales. Además puede que los vientos alisios se aceleren como lo han hecho en días anteriores en las regiones a más altura. En principio, eso sí, no alcanzarán los 100 km/hora del pasado miércoles.
A medida que pasan las horas, va quedando más claro que el calor será el protagonista en la primera semana del verano. Hará 35ºC o más en prácticamente la mitad del país al menos hasta el miércoles, y la Aemet prevé que en conjunto sea una semana con entre 1 y 3ºC más de lo habitual (promedio del periodo 1981-2010).
“Es posible que a partir del miércoles se inicie un descenso en el tercio norte peninsular”, mientras que en el sur seguirán siendo temperaturas hasta 10ºC más altas de lo normal. Se alcanzarán los 42ºC en el valle del Guadalquivir y los 38ºC en zonas de Extremadura, de Castilla-La Mancha y de Andalucía, puede que de manera aislada también en municipios de Castilla y León y Aragón.
Un cambio brusco de tiempo marcado por el aire cálido que llega desde África, y que se produce después de una primera quincena de junio muy fría y lluviosa.