La reciente actividad solar ha desencadeno la aparición de inusuales auroras boreales en diversas partes del mundo, fenómenos naturales que tradicionalmente se asocian con las remotas regiones árticas de Europa y América del Norte. Hoy, estos magníficos espectáculos luminosos han hecho su inesperada aparición en lugares insólitos, como en varios lugares de España.
Las tormentas geomagnéticas ocurren cuando el Sol se acerca o alcanza el máximo de su ciclo de 11 años, momento en el que su actividad es más intensa. Este mayo, una poderosa tormenta solar transformó los cielos de Madrid, Segovia y Salamanca, y deslumbró a los residentes que, por primera vez, tuvieron la fortuna de ser testigos de un fenómenos tan extraordinario.
Las auroras han sido visibles en áreas alejadas de las luces urbanas, en cielos más oscuros, y se han observado prácticamente en todo el hemisferio norte del planeta.
Las redes sociales se han llenado de imágenes de este mágico fenómeno subidas por usuarios de Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Segovia, Granada, Madrid, Murcia o Menorca. Estos fenómenos no solo generan auroras boreales, sino que también puede interferir con los satélites que orbitan la Tierra y afectar aspectos como señales de radio y los sistemas de posicionamiento GPS.
Las auroras boreales generalmente se forman en latitudes altas, entre los 60º y 75º en ambos hemisferios. Sin embargo, la reciente tormenta ha permitido que estas luces fascinantes sean visibles incluso en la noche del 10 de octubre, en latitudes inferiores a los 36º.
Las predicciones anunciaban que la tormenta solar llegaría alrededor de las 16:00 UCT (18:00 hora local en España), con un margen de error de +/- 7 horas. Desde ese momentos, los cielos españoles han comenzado a brillar con las hermosas y vibrantes auroras boreales, dejando a muchos asombrado por la magnificencia de este fenómeno natural.
Los mejores lugares para observar las auroras boreales en España son aquellos que están alejados de la contaminación lumínica, como parques nacionales y zonas rurales. Estos entornos ofrecen un espectáculo visual incomparable, permitiendo que los colores danzantes del cielo sean apreciados en todo su esplendor.
Este fenómeno no solo resalta la belleza natural de nuestro planeta, sino que también pone de manifiesto la interconexión entre la actividad solar y el entorno. Las auroras boreales han cautivado a generaciones a lo largo de la historia, y ahora, gracias al Ciclo Solar 25, un número creciente de personas tiene la oportunidad de maravillarse con su esplendor.
La actividad solar es fundamental para comprender este fenómeno. En particular, una llamarada solar de tipo X1.8 se produjo en la madrugada del miércoles. Aunque esta no es la más potente que se ha presenciado, su efecto sigue siendo significativo.
Estas llamaradas no siempre se acompañan de eyecciones de masa coronal (EMC), las cuales son esenciales para el desarrollo de las auroras. En esta ocasión, la eyección solar ha generado condiciones atmosféricas propicias, lo que ha permitido la visibilidad de las auroras boreales en lugares poco habituales.
El impacto de las llamaradas solares varía según diversos factores, como la polarización de la eyección y la disposición del campo magnético terrestre. Según las últimas predicciones de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), la tormenta geomagnética podría alcanzar una categoría G4, siendo G5 el nivel más alto posible.
Además, se prevé que el índice Kp, que mide la magnitud de las tormentas solares, podría llegar a 8 en una escala de 9, lo que indicaría que las auroras boreales podría ser visibles mucho más al sur de lo habitual.
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