Allí donde cae un rayo pueden caer más y la explicación científica tiene todo el sentido del mundo: en una tormenta eléctrica, el primer rayo que cae abre paso al resto porque deja un rastro en la atmósfera que facilita el movimiento al siguiente rayo. ¿Por qué la facilita? Porque tras una descarga, se reduce la resistencia, queda como un camino trazado para la siguiente.
De este descubrimiento provienen los pararrayos. Es por esto que, durante una tormenta eléctrica, lo que no tienes que hacer es quedarte allí donde cayó un rayo. Te dejo en este vídeo una serie de recomendaciones para tener en cuenta cuando haya mucha actividad eléctrica.
Parece el demonio de Tasmania, la icónica caricatura de los Looney Tunes pero este remolino de polvo es más real de lo que crees. Se conoce como diablo de polvo y se forma en determinadas circunstancias climáticas que te explico en este vídeo.