Castilla y León amanece con los estragos de una tormenta de granizo que azotó las provincias de Zamora y Salamanca durante la madrugada del 20 de marzo. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) había previsto la posibilidad de una DANA, y sus pronósticos se cumplieron con creces.
Zamora se llevó la peor parte, con una granizada de gran intensidad que algunos vecinos compararon con pelotas de golf. La ciudad se despertó con calles colapsadas, árboles caídos y daños en edificios. El centro de salud de Santa Elena sufrió la inundación de su área de urgencias y consultas debido al cedimiento de parte de la cubierta. Los Bomberos del Ayuntamiento también se vieron afectados por las inundaciones en su propio edificio.
La tormenta también provocó cortes de luz en varios barrios de Zamora, dejando a muchos residentes sin electricidad durante horas. A pesar de la magnitud del evento, la situación ha ido regresando a la normalidad paulatinamente.
En Salamanca, la tormenta se presentó con truenos y una fuerte granizada de menor duración. Aunque la ciudad estaba preparada, la intensidad del fenómeno no dejó de sorprender a la población.
El brusco cambio del clima genera preocupación entre los residentes, ya que en cuestión de días se ha pasado de temperaturas veraniegas a condiciones más propias del invierno. Se espera un máximo de 27 grados en Salamanca para este viernes, mientras que el próximo martes se pronostica una mínima de 0 grados y la posibilidad de nieve a partir de los 800 metros de altitud.
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