El verano de 2023 fue el tercero más cálido de la serie histórica en España. Las temperaturas tan solo fueron superadas en 2022 y 2003, aunque esto es así en conjunto, porque si echamos un ojo a los valores que se han alcanzado durante las cuatro olas de calor que hemos vivido, la cosa cambia.
Nueve de los diez veranos más cálidos desde el inicio de los registros en 1961 se han producido en el siglo XXI. Cuatro de los cinco más cálidos, desde 2015. Esto demuestra una cosa: los veranos cada vez son más tórridos en España.
A lo largo del verano hubo cuatro olas de calor en el ámbito geográfico de Península y Baleares. En Canarias hubo dos olas de calor, cada una de ellas de cinco días de duración.
¿Cuántos días hemos tenido de ola de calor, si sumamos todos los episodios? Hubo 24 días, lo que lo convierte en el cuarto verano con mayor número de días desde, al menos, desde 1975, por detrás de 2022, 2017 y 2015. Esto también demuestra una tendencia: los días bajo ola de calor aumentan en España a un ritmo aproximado de tres días por década.
Se batieron numerosos récords de temperaturas. Entre las estaciones de la red principal destacan la máxima de 46,8 ºC en Valencia-aeropuerto el 10 de agosto (batió su récord anterior por 3,4 ºC) y los 31,6 ºC de mínima en Málaga-aeropuerto el 20 de julio (batido por 2,2 ºC).
Si comparamos los períodos enero-agosto de todos los años de la serie histórica, nos encontramos con un triple empate como más cálidos a 2022, 2023 y 2020.
La temperatura media en esos ocho primeros meses del año ha sido de 15,7 ºC (1,1 ºC superior al promedio normal).
Las aguas costeras de España están alcanzando en 2023 temperaturas sin precedentes: el promedio de enero a agosto se acerca a 19,5 ºC. Se trata de una temperatura alrededor de 1 ºC por encima de lo normal y supera en 0,5 ºC al anterior año más cálido en ese período (2020).
En cuanto a las precipitaciones, el verano de 2023 fue muy húmedo. Con 87 l/m² (un 124 % respecto a lo normal), fue el 3º más lluvioso del siglo XXI y el 16º de la serie. Las tres cuartas partes de toda la lluvia cayó, no obstante, en junio. Julio y agosto fueron muy secos.
Al finalizar el mes de agosto, la España peninsular en conjunto se encontraba en una situación de sequía meteorológica de larga duración (es decir, analizando la precipitación de los treinta y seis meses previos). Esta situación comenzó a finales de 2022.
En algunas cuencas de acumulación del sur de la Península, como las del Guadiana y Guadalquivir, la sequía meteorológica actual es la más duradera (aunque no la más intensa) desde, al menos, 1961.
En cuencas de acumulación del nordeste peninsular, como la del Ebro o el Pirineo oriental, se trata de una de las sequías meteorológicas de larga duración que mayor intensidad han alcanzado desde, al menos, 1961.
En cuanto a la predicción para el trimestre otoñal (septiembre-octubre-noviembre), hay un 60 a 70 % de probabilidades de que sea más cálido de lo normal, y un 50 % de probabilidades de ser más lluvioso de lo normal.