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El paso de varios tifones por China ha causado las peores inundaciones en décadas en la capital. Al menos 33 personas han muerto en Pekín y otras 18 continúan desaparecidas, y hay alrededor de 59.000 casas se han derrumbado por completo, mientras que otras 150.000 han quedado dañadas por el temporal. Incluso ha aparecido un submarino en las calles anegadas.
Primero fue el fortísimo tifón Doksuri, que tocó tierra cerca de las grandes ciudades de Xiamen y Quanzhou, en China, el 28 de julio. La tormenta provocó graves inundaciones en Pekín los días siguientes dejando cerca de 180 litros por metro cuadrado, incluso hubo en un observatorio en el distrito periférico de Mentougou se acumularon 580 l/m2, obligando a llevar a cabo evacuaciones y rescates.
Siguiendo la estela del supertifón Doksuri, la poderosa tormenta Khanun se formó en el Pacífico, todavía con multitud de distritos inundados.
El sistema se intensificó lentamente a medida que avanzaba hacia el noroeste hacia las islas Ryuku en el sur de Japón, convirtiéndose en un tifón el 28 de julio mientras se desplaza por el centro-norte del Mar de Filipinas. Por suerte, solo ha afectado de refilón a China, aunque podría arrastrar más precipitaciones a Pekín en los próximos días.
El Consejo de Estado de China ha pedido la reconstrucción de las viviendas destruidas para asegurar que las personas afectadas puedan volver a sus hogares o trasladarlas a otras nuevas antes de la llegada del invierno, según ha publicado la cadena estatal china CGTN.
Las autoridades del país también han hecho un llamamiento a acelerar la reparación de carreteras, suministros de energía y agua, infraestructuras de comunicación y campos de cultivo, entre otras.
Además, han pedido a las instituciones financieras a fortalecer el apoyo crediticio para las entidades comerciales afectadas por las inundaciones, dando especial énfasis a ayudar a las pequeñas empresas, los negocios individuales y a los agricultores.
La tormenta tropical 'Doksuri' provocó las lluvias más intensas en 140 años en el noreste de China, lo que provocó la evacuación de más de 850.000 personas en la provincia de Hebei, que rodea la capital del país.