El glaciar Mendenhall en Juneau, la capital de Alaska, atrae a cientos de miles de visitantes cada año, pero el cambio climático lo está haciendo retroceder rápidamente. En los últimos días, las aguas embravecidas del río que va a parar al lago glaciar a los pies de Mendenhall han erosionado la costa de manera inusual y se han llevado por delante varias casas, ante la mirada impotente de los residentes.
Las autoridades del estado han comunicado que es la primera vez que el agua llega una altura de 4,56 metros.
Según informan, Suicide Basin, una cuenca lateral del glaciar Mendenhall situado al noroeste de Estados Unidos y frontera con Canadá, habría sufrido una rotura, haciendo el nivel del agua se elevase repentinamente y haciendo que el río bajase embravecido hacia el lago glaciar.
Por el camino, el río se habría llevado por delante al menos dos casas, que se han derrumbado al agua en cuestión de segundos.
Desde 2011, es relativamente frecuente que se produzcan estas escenas catastróficas en la cuenca del río Mendenhall, que fluye al lago alimentado por el glaciar y las lluvias sobre todo durante el verano, cuando hace más calor.
La orilla del río sigue siendo inestable. Y no sería una situación exclusiva de Juneau. Millones de personas viven cerca de lagos alimentados por glaciares en todo el mundo.
La India, Pakistán, Perú y China son los países con mayor riesgo, según un estudio de Nature Communications.