Importante hallazgo sobre la 'mancha fría' del Atlántico Norte: ¿Por qué no desaparece?
Un estudio descubre que los cambios en la atmósfera desempeña un papel importante en la 'mancha fría' del Atlántico Norte
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Una 'mancha fría' en el Atlántico Norte lleva años intrigando a los científicos. Esta anomalía en las aguas superficiales del océano, que se enfría mientras el resto se calienta, se estaría produciendo a causa del comportamiento de la circulación oceánica, pero eso no es todo. Un grupo de investigadores de la universidad de Penn State, en Pensilvania, ha hecho un importante hallazgo.
Un nuevo estudio ha encontrado que los cambios en los patrones atmosféricos a gran escala pueden desempeñar un papel importante en la persistencia de este parche azul que resalta en los mapas de anomalías de temperaturas del Atlántico.
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La atmósfera contribuye a enfriar el Atlántico Norte
"La gente a menudo piensa que la atmósfera tiene una memoria muy corta, pero aquí proporcionamos evidencia de que el cambio en la circulación atmosférica es lo suficientemente significativo como para inducir un impacto a largo plazo en el sistema climático", dice en un comunicado Laifang Li, investigador de Penn State.
Las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico Norte subpolar han disminuido alrededor de 0,7 grados Fahrenheit durante el último siglo, y una tendencia hacia una fase positiva más frecuente de la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) puede haber contribuido significativamente, informaron los científicos en la revista Climate Dynamics.
Una fase positiva de la NAO sería clave en esta ‘mancha fría’
La NAO representa patrones de circulación atmosférica que involucran un sistema de baja presión cerca de Islandia y un sistema de alta presión cerca de las islas Azores, e influye en cómo soplan los vientos del oeste a través del océano. En la fase positiva, ambos sistemas de presión son más fuertes que el promedio, lo que resulta en una corriente en chorro más fuerte y un desplazamiento hacia el norte de los vientos del oeste, dijeron los científicos.
“A medida que la NAO se vuelve más positiva, intensifica el viento superficial sobre el Atlántico Norte subpolar”, señala Li. “Cuando queremos enfriar una taza de café caliente, revolvemos la superficie y eso promueve la pérdida de calor. Eso es exactamente lo que la intensificación del viento le hará a la superficie del océano: proporciona un efecto de enfriamiento directo”.
El equipo analizó los datos meteorológicos y descubrió que la NAO positiva se ha vuelto más dominante durante el siglo pasado, de acuerdo con investigaciones anteriores. Este cambio podría deberse al calentamiento del Indo-Pacífico tropical y la pérdida de hielo marino en el Mar de Labrador, según los investigadores, pero sus causas exactas siguen siendo una pregunta abierta.
Solo la NAO podría explicar el 67 % de la tendencia de enfriamiento de la temperatura de la superficie del mar, dicen los autores del estudio. Pero otros patrones atmosféricos que tienen un efecto de calentamiento pueden compensar esto parcialmente, disminuyendo el impacto general de los cambios en la circulación atmosférica al 44 %. Esos hallazgos son consistentes con estimaciones previas del grupo.
El debilitamiento de la corriente del AMOC también contribuye a enfriar el Atlántico
Los hallazgos sugieren, señalan, que la NAO puede tener un papel tan importante en la gota fría como las corrientes oceánicas de Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) que transportan agua cálida desde los trópicos hacia el norte del Atlántico como una cinta transportadora. Otros estudios han sugerido que el enfriamiento de la superficie del mar es una señal de que la cinta transportadora se está debilitando.
¿Qué consecuencias tiene el parche frío del Atlántico Norte?
“Una vez que se establece un enfriamiento de la temperatura sobre el Atlántico Norte subpolar, aumenta la inestabilidad en la atmósfera y favorece el paso de tormentas que pueden atravesar la cuenca oceánica y traer eventos climáticos extremos a América del Norte y Europa”, señala Li.
“Esto podría agregar otra capa de complejidad a las proyecciones de futuros eventos climáticos de alto impacto e incertidumbres a las proyecciones climáticas para áreas densamente pobladas”.