Más de la mitad de la superficie que ha ardido en Europa en lo que va de 2023 se ha quemado en España. Nuestro país triplica la media de ‘megaincendios’ de la última década, que son los que afectan a 500 o más hectáreas. Esta semana, el calor inusual, las tormentas secas y la calima nos ponen de nuevo en el foco de la preocupación: el riesgo de incendios es extremo.
Este miércoles, de nuevo, se van a superar los 40 ºC en gran parte de España, y los 35 ºC en la totalidad del país, a excepción de Galicia y las comunidades cantábricas. En Málaga y Alicante hoy se superarán los 42 ºC, y en Murcia podríamos rozar los 45 ºC.
La irrupción del anticiclón, acompañado por aire africano muy cálido, ha disparado el termómetro en toda la cuenca del Mediterráneo y ha hecho que las pocas tormentas que se producen sean sin apenas precipitación y con rachas de viento muy intensas.
Se cumple la ‘regla del 30’: temperaturas superiores a 30 ºC, humedad relativa inferior al 30 % y rachas de viento de 30 km/hora o más. Son condiciones favorables para que se enciendan nuevos focos de incendios y que el fuego se expanda rápidamente, que a veces dan lugar a ‘megaincendios’, prácticamente imposibles de extinguir.
La calima, que está desplomando la calidad del aire y dando aspecto turbio y anaranjado a los cielos en partes de Valencia o Murcia en plena ola de calor, contribuye además a secar más el ambiente.
Esto, unido a las tormentas secas, que afectarán sobre todo al sureste peninsular, precisamente donde más calor hace, podría hacer que veamos una oleada de incendios dramática como ha ocurrido en años anteriores.
Las tormentas secas se caracterizan no solo por no llevar precipitación y causar fuerte viento, sino también por la intensa actividad eléctrica que suelen provocar. Un rayo puede ser muchas veces el germen de un incendio con temperaturas muy elevadas.
Entre enero y junio de 2023, España había registrado ya 15 grandes incendios forestales. El peor fue el que se produjo en mayo en Pinofranqueado (Cáceres) y afectó a una superficie de 10.843 hectáreas, seguido del incendio de Valdés, en Asturias, que calcinó 9.722 en marzo.
El más reciente en causar preocupación es el que está afectando a La Palma a mediados de julio, que ha causado daños en al menos 60 edificaciones de los municipios de Puntagora y Tijarafe. Se desconoce la cifra exacta de superficie afectada, pero superaría ya las 3.500 hectáreas.
España vivió en 2022 el peor año en incendios forestales desde 1994, con 57 grandes incendios forestales y 306.555 hectáreas de terreno forestal arrasadas por las llamas, según los datos de EFFIS.
Este año, si las condiciones de sequía y calor extremo persisten todo el verano, podría ser incluso peor que el anterior.