Las mascarillas de la pandemia reaparecen en las calles de Nueva York. Las imágenes que llegan de la ciudad, invisible tras una nube naranja, esconde una alarmante realidad que además puede ser la "nueva realidad climática", en un mundo cada vez más caliente.
Lo que flota en el aire de Nueva York son millones y millones de partículas procedentes de los incendios de Canadá, que han arrasado ya más de 3,3 millones de hectáreas, emitiendo una inmensa columna de humo que no para de extenderse. La nube naranja está llegando incluso a estados como Washington, mucho más al sur.
“En Canadá están sufriendo la peor secuencia de fuegos forestales en primavera de su historia” asevera José Luis Camacho, portavoz de Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Hasta el momento, se ha informado de 240 focos incontrolados, con 160 presentes en la provincia de Quebec.
Solo el pasado miércoles, ardían en Canadá más de 400 incendios, con el 1.400 % de la cantidad normal de tierra quemada para esta época del año.
En condiciones normales, los incendios se producen solo en el oeste, en cambio, este año, están ocurriendo por todas partes, con especial impacto en la provincia de Quebec.
“La presencia de una depresión atmosférica en las costas orientales de Canadá y Estados Unidos ha llevado el humo de dichos incendios a cruzar la frontera del país hacia el sureste afectando Nueva York, Búfalo o Filadelfia, entre otros”, dice Camacho.
“El humo ha llegado también hasta Washington, la capital, donde también se ha declarado la máxima alerta por la calidad del aire por primera vez en más de 10 años”, añade Rosalía Fernández, meteoróloga de Mediaset. En total, hay 100 millones de personas afectadas por la mala calidad del aire.
Los expertos llevan años alertando de una de las consecuencias del cambio climático que observaremos cada vez más: incendios forestales más potentes y frecuentes. Lo que está ocurriendo en Canadá, y que ha ocurrido también en los últimos años, es un presagio de lo que está por venir.
Recordemos que, en el verano de 2021, Lytton (en la Columbia Británica, en el suroeste de Canadá), alcanzó un récord de 49,6 ºC en medio de una oleada de incendios que destruyó aproximadamente el 90 % de los edificios e infraestructuras. En medio de aquella ola de calor extrema, la costa alcanzó también temperaturas extraordinarias, y estrellas de mar y mejillones llegaban hervidos a las playas.
Lo de aquel año no dista mucho de lo que estamos viendo en 2023 en la otra punta del país. “En verano, puede haber incendios forestales en Canadá, lo excepcional es la extensión y la precocidad de estos fuegos”, señala el portavoz de la Aemet.
El feroz comienzo de la temporada se ha debido en parte a las altas temperaturas y las condiciones secas. No hay más que echar un ojo al siguiente mapa, compartido por el meteorólogo Scott Duncan, en el que Canadá aparece como el punto con la anomalía de calor más importante del planeta en mayo.
Además “hay que tener en cuenta el tipo de bosques presentes. Los bosques de clima frío son más vulnerables a condiciones de aumentos de temperaturas y poca humedad. Es muy posible que especies arbóreas de climas más cálidos y secos vayan colonizando y desplazando a los bosques tradicionales”, añade.
En condiciones naturales, un cambio de clima se extiende a lo largo de siglos y permite a las especies vegetales y animales migrar y recolonizar. Con el cambio climático forzado por causas humanas, este se acelera muchísimo, dejando muy poco tiempo para una migración y colonización ordenada.
“Si el estrés de los bosques boreales aumenta debido a condiciones cálidas y secas persistentes, el riesgo de incendios será siendo muy elevado”, asegura.
También está ocurriendo en nuestro continente. En la aplicación ‘Meteoalarm’ de los Servicios Meteorológicos Europeos, las peores condiciones de riesgo de incendios aparecen ahora en Escandinavia y Países Bálticos.
Un informe de las Naciones Unidas publicado el año pasado advirtió de que, para 2090, se espera que los incendios forestales globales aumenten en intensidad hasta en un 57 % debido al cambio climático. Esto coincide con las conclusiones de otro estudio de la agencia de recursos naturales de Canadá.
A más incendios, más problemas con la calidad del aire habrá. Esta semana, Nueva York se ha convertido en la ciudad con la peor calidad del aire del mundo, superando a Nueva Delhi o Calcuta, según el índice IQAir World Air Quality.
“Debemos de estar muy atentos y siendo fieles a las conclusiones sobre el cambio climático: las temperaturas serán cada vez más altas, el régimen de precipitaciones sufrirá un descenso y los fenómenos adversos serán cada vez más frecuentes”, comenta la meteoróloga de Mediaset.
“Debemos implicarnos cada vez más en la toma de medidas necesarias para evitar que este proceso que es inevitable tenga consecuencias cada vez peores”, concluye tajante.