El “horno ibérico” está trayendo temperaturas propias de pleno verano a España. En algunas comunidades serían demasiado altas incluso para el verano. En Andalucía, el jueves nos quedamos muy cerca de los 39 ºC en Córdoba, y se superaron los 37 ºC en Extremadura; en la provincia de Ávila hizo 34,5 ºC, y 32,5 ºC en Zaragoza. En el Puente de Mayo se prevén pocos cambios, aunque llegará aire más fresco y húmedo desde el Atlántico, pero para mediados del mes las lluvias podrían volver al fin. ¿Cuándo y dónde se esperan?
Abril de 2023 seguramente “acabe como el más seco de la serie histórica en España en su conjunto, superando a abril de 1995, cuando cayeron 23 litros por metro cuadrado", ha dicho el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo.
El año hidrológico no ha dejado buenos datos. En el año 2022 se recogieron en la España peninsular un 84 % del valor normal en cuanto a las precipitaciones. En enero, cayó un 93 % de la precipitación habitual; febrero sufrió los rigores climatológicos y tuvo unos registros de tan solo un 33 % de lo normal; marzo fue seco, con en torno al 36 % de las lluvias promedio, y abril está siendo excepcionalmente seco.
Por tanto, “el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre de 2022 hasta el 25 abril se cifra en 344 litros/m2, que representa alrededor de un 24 % menos del valor normal para este periodo, que es de 455 l/m2”, ha explicado Cayetano Torres, meteorólogo de la Aemet.
La situación de sequía va a continuar durante los próximos días y se espera también que durante los próximos meses, comenta. “A la espera de un otoño que los modelos pronostican como lluvioso”, pero es altamente probable que la sequía no termine hasta después del verano, por lo que tenemos por delante una temporada muy complicada, especialmente en el campo.
¿Por qué no llegan las precipitaciones a España? El motivo es el estancamiento de una dorsal anticiclónica sobre la Península Ibérica que está desviando las borrascas, aunque otras regiones de Europa también viven una situación de sequía extrema que empieza a causar problemas en la agricultura y el suministro, como es el norte de Italia, donde el río Po se ha secado a niveles preocupantes y el lago de Garda, uno de los más importantes del país, ha alcanzado su punto más bajo dejando ver un lecho agrietado.
Mayo empezará prácticamente como acabará abril: sin lluvias y con más calor del habitual para la fecha. Si bien es cierto que, a partir del domingo, día 30, llegará una masa de aire más fresca y húmeda procedente del Atlántico, tan solo causará un descenso térmico puntual, y chubascos y tormentas en el norte del país y áreas montañosas. En el resto de España, ni gota o si acaso algunas nubes.
A partir del martes, 2 de mayo, las temperaturas máximas tenderán a subir de forma generalizada, al menos hasta el jueves. De nuevo tendremos una semana que será, en conjunto, más cálida de lo habitual. Pero si las previsiones se cumplen el primer fin de semana de mayo será más fresco, con temperaturas por debajo de 30 grados en toda España, y noches en las que tocará arroparse de nuevo.
Al final de la próxima semana aumentará la probabilidad de que la nubosidad y las precipitaciones se extiendan a toda la mitad noroeste peninsular, correspondiendo las más abundantes al oeste de Galicia y, de cara a la semana del 8 al 14 de mayo en conjunto, se espera que las lluvias ganen protagonismo en el norte y el oeste peninsular, incluso podrían superar los valores normales, según la previsión del centro europeo ECMWF.