El Centro de Predicción Climática de la NOAA advierte de que existen condiciones favorables para que se produzca un evento de El Niño este verano. ¿Por qué se produce este fenómeno y cómo afectará al clima?
"Si bien todavía estamos en una fase neutral de ENOS (Niño/Oscilación del Sur) -cuando no hay El Niño o La Niña- existe un 62 % de posibilidades de que El Niño se desarrolle en algún momento entre mayo y julio. Esto viene después de casi dos años continuos de La Niña", expone la NOAA en un comunicado.
El Niño-Oscilación del Sur es un patrón climático definido por la temperatura de la superficie del mar y las desviaciones de las precipitaciones de lo normal en el Océano Pacífico ecuatorial que pueden influir en los patrones meteorológicos y climáticos a escala global.
El Niño es la fase cálida de ENSO cuando las temperaturas del océano son más cálidas y la precipitación es mayor de lo normal en el área que abarca desde el centro hasta el este del Océano Pacífico.
Los científicos de la NOAA continuarán monitoreando el desarrollo potencial de El Niño y publicarán la próxima actualización mensual el 11 de mayo de 2023.
El Niño tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
El Niño hace que la corriente en chorro del Pacífico se mueva hacia el sur y se extienda más hacia el este. Durante el invierno, esto genera condiciones más húmedas de lo normal en el sur de los EEUU, y condiciones más cálidas y secas en el norte. El Niño también tiene un fuerte efecto sobre la vida marina frente a la costa del Pacífico.
En países de Sudamérica como Perú, Chile y Ecuador, los episodios de lluvias tienden a ser más violentos los inviernos en los que se desarrollan condiciones de El Niño. En contraste, El Niño también puede causar severas sequías en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia.
Durante el verano, el agua cálida de El Niño puede alimentar huracanes en el Océano Pacífico central/oriental, mientras que dificulta la formación de huracanes en la cuenca del Atlántico.