El evento de La Niña que se ha producido durante tres inviernos seguidos remite definitivamente. A medida que nos acercamos a la primavera en el hemisferio norte, las temperaturas se empiezan a normalizar ya en las aguas del Pacífico oriental, y los modelos de pronóstico anticipan un calentamiento de El Niño para este año.
Durante febrero 2023, las temperaturas por debajo del promedio de la superficie del mar se debilitaron y actualmente solo persisten sobre el Océano Pacífico central. En contraste, en partes del este del Pacífico estuvieron significativamente por encima del promedio, con anomalías de alrededor de un grado.
Los pronósticos más recientes favorecen la continuación del ENSO-neutral hasta la primavera, con El Niño formándose durante el verano 2023 y persistiendo hasta el otoño. Lo que esto significa es que la temperatura de las aguas del Pacífico ecuatorial estará en torno al promedio y después se irá calentando por encima de lo normal, cuando hablaremos de un evento de El Niño, opuesto a La Niña, que define un enfriamiento en esta franja del océano.
En contraste, el consenso de los pronosticadores favorece ENSO-neutral hasta el verano 2023, con probabilidades elevadas de que luego se desarrolle El Niño.
Las probabilidades más pequeñas de El Niño en contraste a la predicción de los modelos se debe a que los pronósticos del ENSO hechos en primavera son menos precisos, y también la atmósfera del Pacífico sigue bastante consistente con el estado más frío tipo La Niña, ha comunicado la NOAA.
Sin embargo, es posible que un calentamiento más fuerte cerca de Sudamérica pudiera presagiar una evolución más rápida hacia El Niño y esto será vigilado muy de cerca.
En resumen, La Niña ha culminado y se espera que continúen condiciones de ENSO-neutral hasta la primavera y temprano en el verano 2023 del hemisferio norte.
Aunque entran en juego otros factores, generalmente los eventos de El Niño se asocian con cambios en los patrones de precipitaciones alrededor del mundo.
Sobre Australia y el sureste asiático, las precipitaciones son más escasas que en condiciones normales cuando se produce El Niño durante los meses de invierno y otoño en el hemisferio sur.
En Estados Unidos, El Niño suele traducirse en una temporada de huracanes menos activa en la cuenca del Atlántico y lluvias generosas en el sur del país.
En India suele favorecer la sequía, como lo hace también en una franja central de África y en el sur del continente.
En los países europeos, El Niño y La Niña no afectan, que sepamos, demasiado a los patrones climáticos.