Una gran nevada enterró gran parte de California bajo un espeso manto de nieve la pasada semana. Al menos doce personas han sido encontradas muertas durante las labores de rescate en el sur del estado, donde un temporal así es extremadamente raro a mediados de marzo. Ahora, las autoridades temen que las inundaciones causen más víctimas por el deshielo de la nieve y las fuertes lluvias previstas.
Un río atmosférico apunta hacia California cuando el estado aún se recupera de las nevadas históricas. Los últimos días de la semana, está previsto que los residentes se enfrenten a lluvias muy abundantes, que podrían arrastrar la capa de nieve en zonas de ladera y acumular grandes cantidades de agua a los pies de las montañas. Además las lluvias llegarán con aire cálido, por lo que es previsible que se derrita la nieve caída.
Un río atmosférico es una franja de la atmósfera que transporta gran cantidad de humedad desde regiones tropicales y que suele dar lugar a grandes episodios de precipitaciones cuando impactan en tierra. En este caso, el río de humedad recorrerá el Pacífico hasta llegar al oeste de Estados Unidos.
California ha tenido un inicio de año complicado. Numerosas tormentas han impactado de manera muy seguida en el estado causando lluvias y grandes nevadas, que han causado cortes de electricidad y han dejado carreteras intransitables en muchos condados. Entre las ciudades en alerta por el temporal invernal ha estado Los Ángeles.
"Un récord estatal de cuatro décadas de acumulación de nieve casi se ha roto, según el departamento de recursos hídricos del estado", publica el Wall State Journal. Entre las regiones más afectadas está San Bernardino, donde al menos cinco personas han muerto por el temporal.
La nueva tormenta será cálida, a diferencia de las anteriores, lo cual tendrá consecuencias aún más graves, como decimos, porque a las precipitaciones habrá que sumar el deshielo. Es decir, la cantidad de agua sobre un suelo ya saturado será abismal.
Lo único bueno de las continuas tormentas que sacuden California es que, tras varios años de sequía extrema, la tendencia se ha revertido, aunque no del todo. Las lluvias recientes superan las de todo el invierno de 2019, pero aun así la sequía solo ha remitido en el 17 % del estado, según Los Ángeles Times.
No hay que olvidar que la sequía vivida en el oeste de EEUU es la más extrema en al menos 1200 años. Esto se tradujo en cortes de agua, apagones y alto riesgo de incendios en el oeste del país el año pasado, y muchos ríos y lagos se vaciaron por completo.