Auckland, la ciudad más grande de Nueva Zelanda está en alerta máxima esta semana por el ciclón tropical Gabrielle. Las autoridades están aconsejando a la población que se resguarde en su casa ante la previsión de que se produzcan lluvias históricas e inundaciones.
Se han cancelado servicios de trenes, vuelos y se ha pedido a la ciudadanía que no se desplace a menos que sea estrictamente necesario en el norte de Nueva Zelanda. La agencia meteorológica Metservice ha informado ya de las primeras lluvias torrenciales en el entorno de Auckland a medida que el ciclón se acerca, a la espera de que toque tierra en el comienzo de la semana.
Algunas ciudades más al norte que Auckland, como Whangarei, han recogido ya más de 100 litros por metro cuadrado en apenas 12 horas, y se han reportado ráfagas de viento de unos 160 kilómetros por hora en áreas de costa.
Cientos de vuelos se habrían cancelado, según un comunicado de Air New Zealand, y hay alrededor de 60.000 hogares sin electricidad.
Los ciudadanos se han preparado estos días para resguardarse en sus hogares ante la llegada inminente de la tormenta, dejando escenas como esta de supermercados llenos de gente.
Gabrielle se acerca a la Isla Norte. Es la segunda tormenta de alto impacto que golpea el país en unas pocas semanas. Hace poco, Auckland y las áreas circundantes sufrieron precipitaciones de récord que causaron graves inundaciones, con al menos cuatro víctimas mortales. El gobierno no descarta declarar el estado de emergencia nacional si las cosas empeoran, algo que solo ha ocurrido en dos ocasiones anteriormente.
El lunes y martes son días críticos, con el ciclón Gabrielle tocando tierra, por lo que toda precaución es poca. Hasta nuevo aviso, los colegios estarán cerrados y gran parte de la población del norte de país verá interrumpida su normalidad para evitar riesgos.