Se está hablando mucho de un cambio de tendencia en el comportamiento de la estratosfera. Según las últimas previsiones, las probabilidades de un gran calentamiento súbito estratosférico son cada vez más elevadas, lo cual significa que podríamos tener una ruptura notable del vórtice polar. Pero esto no quiere decir necesariamente que vaya a llegar una ola de frío ártico a España.
Después de un evento menor de calentamiento estratosférico repentino en enero, el vórtice polar se ha recuperado en febrero. Pero las cosas podrían cambiar a partir de la próxima semana.
Un calentamiento súbito estratosférico es un ascenso repentino de muchos grados (hasta 50 ºC) en la estratosfera que sucede en cuestión de días o semanas. "Queda por ver cómo afectan estos cambios a la troposfera”, apunta Juan Jesús González Alemán, físico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Estos fenómenos suelen afectar al vórtice polar, haciendo que se debilite e incluso que se rompa.
El vórtice polar ártico es una banda de fuertes vientos del oeste que se forma en la estratosfera entre unos 15 y 35 kilómetros sobre el Polo Norte cada invierno. Los vientos encierran una gran masa de aire extremadamente frío.
Cuando el vórtice polar del Ártico es especialmente fuerte y estable, la corriente en chorro polar, en la troposfera, retiene el aire polar más frío en el Ártico. En cambio, cuando el vórtice se debilita, cambia o se divide, la corriente en chorro polar a menudo se vuelve extremadamente ondulada, lo que permite que el aire cálido inunde el Ártico y el aire polar se hunda en las latitudes medias.
“Ahora hay más del 80% de posibilidades de que ocurra un SSW (siglas en inglés de calentamiento súbito estratosférico) importante. Aunque el impacto será más claro a medida que se acerque el momento, es más probable que cualquier efecto en el clima del Reino Unido ocurra a fines de febrero y marzo”, dice ha informado Adam Scaife, experto de la Oficina Meteorológica británica, Met Office.
Pero aún tienen que pasar muchas cosas para confirmar que finalmente ese calentamiento súbito estratosférico, que es muy probable, afectará al vórtice polar. Incluso si lo hiciera, además, está por ver si el desplome de aire ártico afectará a Europa.
Antes tendría que formarse un anticiclón de bloqueo estable y fuerte que desvíe las bajas presiones hacia el sur, dirigiendo el aire frío a Europa desde el este, por eso suele llamarse a estas masas árticas “bestias del este”. En España podría dar lugar a temporales de frío y nevadas si finalmente el vórtice polar irrumpe sobre nuestro territorio.
Por ahora, eso sí, las previsiones apuntan a una segunda quincena de febrero más cálida y seca de lo habitual en la mayor parte de España.