Las lluvias de diciembre están aliviando una sequía que llevaba asfixiando a España desde el pasado invierno, aunque no son suficientes. Nuestros embalses han sumado en la última semana 765 hectómetros cúbicos de agua, lo cual supone un 1,4 % de su capacidad total.
“Diciembre de 2022 ha comenzado con lluvias abundantes especialmente en el suroeste y el centro de España”, comenta Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Es una buena noticia, puesto que se trata de regiones muy castigadas por la sequía meteorológica desde hace meses.
Se está hablando mucho esta semana del “río atmosférico” asociado a la borrasca Efraín que está afectando a España. Se trata de una corriente muy extensa de vientos que nos trae humedad desde regiones tropicales y subtropicales, concretamente desde el Caribe, lo cual se traduce en lluvias abundantes en nuestro país.
Estas precipitaciones son una estupenda noticia, aunque habrá que extremar las precauciones en zonas bajas porque van a caer grandes cantidades de agua cerca de la cuenca de algunos ríos, que podrán aumentar su caudal rápidamente.
El portavoz de la Aemet ha recalcado que, en puntos de Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid e incluso en Aragón “ha llovido durante los once primeros días de diciembre más del doble de lo que suele llover en este periodo”.
Esto está suponiendo un alivio para nuestra reserva de agua, que se encontraba bajo mínimos tras un verano y un otoño inusualmente cálido y con poca precipitación. Incluso se estaban tomando ya medidas restrictivas al uso de agua en el área metropolitana de Barcelona, así como una decena de municipios en Sevilla, incluso en Galicia se cortó el grifo en las duchas de algunas playas en la comarca de Morrazo, en Vigo, ante la creciente preocupación por la sequía.
Pero aún tiene que llover mucho para revertir la escasez, puesto que nuestros embalses siguen al 35,7 % de su capacidad total, lo cual supone unos 6 puntos menos que hace un año en la misma fecha, y casi 17 puntos menos que el promedio de los últimos diez años para estas fechas, como vemos en el siguiente gráfico.
“El agua embalsada depende de las precipitaciones, de la capacidad de almacenamiento de cada lugar y de la cantidad extraída para determinados usos (abastecimiento, agrícolas o industriales)”, explican desde iAgua.
La cuenca que actualmente se encuentra en peores condiciones es la del Guadalquivir, al 19 % de su capacidad total. Le siguen la demarcación hidrográfica del Guadalete y Barbate, que se encuentra al 23 % de su capacidad, y la del Guadiana, al 25 %.
La mejoría se nota en otras cuencas, aunque los datos siguen sin ser para tirar cohetes. La Confederación Hidrográfica Miño-Sil considera "húmedo" el inicio de año hidrológico, con un 38 % más de lluvias de lo habitual, aunque si se analizan las precipitaciones medias acumuladas registradas en los últimos doce meses, continúan por debajo de la media, concretamente un 18 %. En el caso de la cuenca del Sil, un 28 %, mientras que en el Bajo Miño, un 8 %.
Los embalses de la cuenca del Ebro están al 39 % de su capacidad total. Eso significa que, en la actualidad, no se supera la reserva promedio de los últimos cinco años y la media está por debajo de la cifra de 2021, y de la del mínimo, que se produjo en el año 2017. Es bastante preocupante.
Por suerte, las lluvias aún no habrían dicho la última palabra en nuestro país, según las previsiones meteorológicas. Los “vientos llovedores” de la borrasca Efraín seguirán causando precipitaciones en gran parte de España hasta el jueves y, tras una tregua el fin de semana, el paso de borrascas podría volver a ser la normalidad la próxima semana, aunque aún está por ver.
Po el momento, el modelo europeo ECMWF predice al menos un par de semanas más con lluvias por encima de lo habitual. La semana que viene posiblemente caerá más agua de lo normal para estas fechas en la vertiente atlántica peninsular, mientras que la última semana de 2022 lo haría en la mitad sur.