Tras el paso de la borrasca Denise, que ha causado un vendaval con rachas huracanadas en el este de España, se espera una “tormenta perfecta” que afectará a muchas comunidades los próximos días, con lluvias, viento, nieve y mucho frío. En otras zonas, por el contrario, se avecina un “veranillo” con temperaturas relativamente suaves para la fecha.
Un tren de borrascas atlánticas y sus frentes asociados van a traer más lluvia esta semana a España, especialmente a Galicia, donde se acumularán cantidades generosas de agua. Aunque serán generalizadas, eso sí, las precipitaciones no serán tan abundantes como necesitaríamos en la mayoría de comunidades, por lo que la sequía aún dará que hablar.
El paso de la borrasca Denise ha causado rachas de viento que han batido récords en algunas estaciones meteorológicas, según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En el aeropuerto de Menorca, la noche del lunes se registró una ráfaga de 111 km/hora, la más intensa para un mes de noviembre; en el entorno del sistema Ibérico de Teruel, también se superó la marca anterior con una racha de 89 km/hora en Calamocha. Esta situación de vientos ha generado un intenso oleaje en el Levante.
Este miércoles, el paso de un tren de frentes atlánticos todavía causará una “tormenta perfecta” en la mayor parte de España, poniendo en alerta a al menos 10 comunidades autónomas, en el caso de Galicia las regiones del Cantábrico por un temporal marítimo que causará olas de 6 metros de altura.
El viento seguirá golpeando con fuerza, ha advertido Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. Esta madrugada, de hecho, se registraban de nuevo rachas huracanadas, de 135 km/hora en la sierra de Alfabia, en Mallorca, y de 120 km/h en la estación de esquí de La Pinilla. El miércoles podrán repetirse esos vientos en el área mediterránea, “aunque con tendencia ya a ir amainando”.
Lloverá con intensidad en Galicia, y las precipitaciones podrán extenderse con menor fuerza “a otros puntos del norte y oeste peninsular, pudiendo llegar también al centro”. Eso sí, se producirá un cambio en la dirección del viento, que pasará a ser hoy del suroeste, que hará que las temperaturas suban en toda España.
El jueves también condicionará el tiempo en gran parte de España el paso de frentes atlánticos, pero esta vez no afectarán al área mediterránea y Baleares. “Las lluvias caerán de forma abundante en Galicia, en el oeste de Castilla y León y en buena parte de Extremadura, con nieve en los Pirineos a partir de unos 1800 metros”, pronostica el portavoz de la Aemet. Las nevadas serán poca cosa comparadas con las de días anteriores, cuando se produjeron escenas como las siguientes en las montañas del norte.
El viernes cambiará la situación: los frentes llegarán al Mediterráneo y causarán lluvias dispersas y en general débiles en la mitad este de la Península y en Baleares, y también de nuevo en el norte, donde los frentes entrarán de lleno, pero en el resto de España los cielos se irán despejando.
Como decimos, las temperaturas subirán el miércoles en España por ese cambio en el viento, en cambio el jueves y el viernes tenderán a bajar.
Pero la montaña rusa de temperaturas seguirá el fin de semana. Tanto el sábado como el domingo, se prevé que suban en gran parte del país con la llegada del anticiclón, que traerá estabilidad y cielos más soleados. Aunque con algunos matices.
Esa subida de los termómetros llegará por el día, cuando el sol pegará en la superficie, en cambio por la noche la estabilidad atmosférica tendrá el efecto contrario: causará un rápido enfriamiento, algo muy típico de las situaciones anticiclónicas en invierno. Por lo tanto, nos espera mucha amplitud térmica (diferencia entre la temperatura diurna y la nocturna en un mismo día).
Otro factor importante será la niebla, puesto que en las zonas donde se formen nieblas densas y persistentes el sol no hará efecto, y las temperaturas se mantendrán más bajas también por el día. Esto es más probable que ocurra en puntos de la meseta norte.
“En algunas ciudades como Soria, Cuenca o Vitoria, después de una madrugada fría con unos cero grados de mínima, podría pasarse a unos 15 ºC de máxima en las horas centrales del día”, señala Del Campo.
En general, en el interior peninsular las temperaturas oscilarán entre los 10 y 15 grados por el día, mientras que a orillas del Mediterráneo, puntos del Cantábrico y en el valle del Guadalquivir hará unos 15-20 grados, pudiendo incluso superarse los 20 ºC el domingo.
“En cualquier caso, al igual que el sábado, el domingo seguirá habiendo una marcada diferencia entre las temperaturas mínimas y las máximas, pasando de un ambiente frío de madrugada a un ambiente suave al mediodía”, dice el meteorólogo.
“De cara a la próxima semana, hay escenarios de predicción bastante diversos. Lo más probable es que las lluvias queden restringidas fundamentalmente al tercio norte y puntos de Baleares, sin afectar a la mitad sur peninsular”, informa Del Campo. En el resto de la mitad norte hay incertidumbre respecto a qué pasará, aunque en general parece que las lluvias podrían cortar el grifo, según el pronóstico del centro europeo ECMWF.
Según parece, las temperaturas bajarán el lunes y martes, y quizá también los días siguientes, pero no está claro, puesto que para el conjunto de la semana se prevé que haga algo menos de frío de lo habitual para estas fechas.
“Habrá heladas nocturnas otra vez en zonas de montaña, así como en paramos y zonas de meseta del centro y mitad norte”, dice. Los vientos en general serán flojos, pero no se descarta que el levante se intensifique en el área del Estrecho y podría soplar cierzo y tramontana en el nordeste peninsular y las islas Baleares.
En Canarias, los vientos alisios irán perdiendo fuerza de cara al fin de semana, por tanto las lluvias irán a menos especialmente desde el jueves, cuando aún caerá algo en el norte de las islas montañosas.
Las temperaturas tenderán a subir y se mantendrán estables la semana que viene, aunque es posible que el martes o miércoles “se intensifiquen de nuevo los vientos alisios”, ha concluido el portavoz de la Aemet.