La crecida de los ríos ha puesto en alerta por inundaciones a las ciudades del sureste de Australia tras tres semanas de fuertes lluvias. Se han producido desbordamientos en al menos siete ocasiones en los últimos 12 meses en Nueva Gales del Sur y Queensland, donde los residentes temen por sus casas y negocios, y la vida silvestre se encuentra en una situación cada vez más crítica.
Sídney ha registrado su octubre más lluvioso en 159 años de registros, con 286,8 litros por metro cuadrado acumulados hasta el lunes, superando el récord anterior de octubre de 285 l/m2 (establecido en 1987), según el Sydney Morning Herald.
El río Murray, el segundo más largo de Australia, tan solo deja ver las copas de los árboles a sus orillas y se ha tragado por completo los columpios de los parques infantiles tras desbordarse manera continuada durante semanas. Entre Nueva Gales del Sur y Victoria, así como en grandes áreas de Queensland, miles de vecinos han tenido que evacuar sus casas ante el riesgo de nuevas inundaciones. Ya no confían en los sacos de arena colocados frente a sus puertas, destinados a proteger sus viviendas del agua.
El calor y la humedad se han convertido en la normalidad, ya que junto con los episodios de intensas lluvias se está produciendo una ola de calor en el norte de Queensland con temperaturas que alcanzan los 40 grados, y el verano aún no ha comenzado en el hemisferio sur.
El estado más afectado es probablemente el de Victoria, donde la imagen por aire es de zonas residenciales inundadas, sin vistas del suelo, totalmente cubierto por el agua. Tan solo los tejados y fachadas de los edificios asoman.
Los meteorólogos lo achacan al inusual episodio de La Niña, que está causando temperaturas anormalmente altas en la superficie del Pacífico oriental, y cuya consecuencia más directa es una temporada de lluvias inusualmente extrema en el este de Australia. Es el tercer año consecutivo que se produce por estas fechas, y lo peor es que las inundaciones llegan tras una oleada de incendios en estas zonas.
A partir de este miércoles las lluvias darán un breve respiro, pero insuficiente para que las zonas afectadas se recuperen, puesto que el fin de semana un nuevo sistema de bajas presiones podría golpear de nuevo con fuertes precipitaciones.
Con un clima cada vez más extremo, el sureste de Australia se está convirtiendo en una región hostil para vivir. “Al menos 20 personas murieron y miles se vieron obligadas a evacuar cuando las inundaciones devastadoras inundaron partes de Nueva Gales del Sur y Queensland a finales de febrero y principios de marzo”, publica The Washington Post. Y dos personas han muerto en las últimas inundaciones.
Australia se ha calentado alrededor de 1,5 grados Celsius desde 1910, más rápido que otras partes del mundo, algo que se refleja en su clima. Una atmósfera cálida retiene más humedad y puede aumentar la intensidad de los eventos de lluvia extrema. Así, las sequías e incendios forestales se suceden con las inundaciones, por lo que se calcula que aproximadamente 1 de cada 25 australianos las viviendas corren un alto riesgo de volverse no asegurables para 2030, según el grupo de defensa independiente Consejo Climático.