El pasado martes tuvo lugar la granizada más fuerte del verano… Y del siglo, probablemente. Fue en La Bisbal d'Empordà (Girona), donde cayeron piedras de hielo de 10 a 12 centímetros de diámetro. ¿Sabes cómo se forma el granizo y cuándo alcanza estas dimensiones?
El granizo se define como precipitación en forma de hielo cuyo diámetro es del orden de 5 a 50 milímetros, incluso a veces mayor. Se produce más a menudo en verano que en invierno porque es cuando hay más tormentas.
El granizo está constituido casi totalmente por hielo transparente o por una serie de capas de hielo transparente, de al menos un espesor de 1 mm, que alternan con capas translúcidas. Este fenómeno se produce siempre en forma de chubascos y está asociado a tormentas en las cuales hay un rápido desarrollo de cumulonimbo, explica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Inicialmente, para que se forme la nube de tormenta que da lugar al granizo es necesario que se produzca mucha convección, es decir, que haya una violenta corriente de vientos verticales ascendentes y descendentes, y una atmósfera inestable.
Esto suele ocurrir en verano cuando llega un frente o aire más frío en altura. El aire cálido de la superficie asciende y el frío de la atmósfera desciende, al ser menos denso. Cuando hay humedad suficiente, la convección genera nubes de desarrollo vertical.
En condiciones adecuadas, la convección puede dar lugar a la formación de tormentas. Para que estas tormentas produzcan granizo, a de darse un proceso llamado acreción.
La acreción consiste en que alrededor de un cristal de hielo se van congelando gotitas de agua. Esto ocurre en las zonas altas de la atmósfera, donde las temperaturas son muy frías. Llega un momento en el que no se pueden adherir más gotas de agua, formándose así la partícula de granizo, que cae por su peso hacia el suelo.