La sequía acorrala a Francia. Tras muchas semanas sin ver llover, los grandes ríos se han secado, los campos ya no producen como deberían, y el suministro de agua se ve amenazado en algunas regiones. El país vive su peor sequía en los últimos 60 años.
Los agricultores están teniendo pérdidas de alrededor del 30 por ciento a medida que el calor y la falta de lluvias arruinan las cosechas.
El nivel del río Loira ha descendido tanto que ha puesto en riesgo la pesca, impide la navegación fluvial y ha arruinado la agricultura en las regiones próximas que dependen de él.
El problema es inmenso. Sin agua no se pueden regar los campos y las ciudades mediterráneas están sufriendo ya restricciones de agua. El Ministerio de Agricultura ha anunciado una serie de medidas para ayudar a los ganaderos y ganaderos, pero esto podría no bastar.
Por si fuera poco, las tormentas eléctricas secas han causado multitud de incendios que han arrasado los suelos, que tardarán en recuperarse. Más de 780.000 hectáreas en toda Europa se han quemado en lo que va de año, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, siendo España el país con más superficie arrasada.
Casi la mitad del territorio europeo (países de la Unión Europea) estaban en alerta los diez primeros días de agosto 2022, registrando unos niveles de sequía que no se han visto desde 1950, cuando empezaron a recopilarse los datos.
En España, en las últimas semanas estamos viendo cómo el transcurso de varios ríos baja medio vacío o vacío por completo. Y lo peor podría estar por venir, dado que las escasas lluvias que puedan llegar a finales de agosto no bastarán para reparar el daño de la sequía, y se prevé que septiembre 2022 sea ligeramente más seco que la media (promedio 1981-2010).