Partes de España y Portugal están ahora más secas que en los últimos 1.200 años, lo cual se atribuye a un fenómeno que se repite cada año: el anticiclón de Azores. Este patrón de bloqueo atmosférico que influye en el clima de la Península Ibérica está batiendo récords, alcanzando actualmente su mayor extensión lo cual hace que se agraven las sequías y es responsable de enormes pérdidas económicas en el campo.
El anticiclón de las Azores es una cresta persistente de alta presión atmosférica sobre el Atlántico Norte rodeada de vientos anticiclónicos que dirigen los sistemas meteorológicos portadores de lluvia y modulan el transporte de humedad oceánica a Europa. Es decir, una especie de "escudo" de borrascas, que favorece un tiempo seco y estable.
"Este incremento surge después de 1850 y se fortalece en el siglo XX, en consonancia con el calentamiento antropogénico", según concluye un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience. ¿Qué ocurre? Que un anticiclón más grande resulta en condiciones anormalmente secas en todo el Mediterráneo occidental, incluyendo la Península Ibérica.
El climatólogo que dirigió el estudio, Nathaniel Cresswell-Clay, ha reconstruido el efecto del anticiclón de las Azores durante los últimos 1.200 años junto con su equipo de la Institución Oceanográfica Woods Hole, localizado en Massachusetts, Estados Unidos. Analizaron los datos meteorológicos: el tamaño, la intensidad y la extensión del anticiclón, así como el tiempo en Europa occidental utilizando seis modelos climáticos diferentes.
Su conclusión es clara: desde 1850, con el inicio de la era industrial, su extensión ha ido en aumento.
Desde principios del siglo XX, las fases de extensión extrema de las Azores Altas se han vuelto más frecuentes. Esta tendencia se ha vuelto a intensificar desde 1980: en los últimos 25 años ha habido un promedio de 6,4 inviernos con un máximo de Azores extremadamente alto, en los períodos de 25 años anteriores solo hubo 2,6.
"Estos cambios en el clima del Atlántico Norte no tienen precedentes en los últimos mil años", afirman Cresswell-Clay y sus colegas. Como muestran sus análisis, este aumento de superficie del Alto de Azores va más allá de las fluctuaciones climáticas naturales.
"Nuestros resultados muestran que esta expansión está impulsada por factores climáticos externos y que el único factor que puede producir este comportamiento es el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera", escriben los investigadores.
El resultado es particularmente evidente en el clima de España y Portugal: "Las observaciones muestran que las altas temperaturas anormalmente altas de las Azores traen un promedio de 33 por ciento menos de lluvia invernal a la costa oeste de la Península Ibérica", informa el equipo. Porque el aumento de la altura de las Azores está relacionado con la creciente entrada de aire seco de montaña en Europa y un cambio en las trayectorias de las tormentas sobre el Atlántico Norte.
Como resultado, el aire húmedo que ha estado fluyendo desde el extremo sur de las Azores hacia el suroeste de Europa y la región del Mediterráneo se bloquea y desvía. "Los inviernos cada vez más frecuentes con picos extremadamente extensos en las Azores se corresponden bien con la creciente sequía durante la era industrial", concluyen los investigadores.