Aunque nos parezca sorprendente, no todos los calendarios educativos del mundo son iguales al que se sigue en España; es menos sorprendente cuando pensamos que ni siquiera es igual en todas las Comunidades Autónomas de nuestro país. Esto, que podríamos esperar de lugares alejados, también sucede en Europa, pues cada país establece el comienzo del curso o el final del mismo siguiendo sus propios criterios en educación.
Tendemos a compararnos con los países de nuestro alrededor, pero lo cierto es que son muchos los factores que influyen a la hora de establecer estos calendarios y las costumbres de cada país son solo uno de ellos, aunque hay cosas en las que se coincide en todos, como es la existencia de las vacaciones de Navidad o las de verano. No obstante, hay otras cosas que no son iguales.
Así como hay ciertas similitudes, también hay algunas diferencias, aunque es complicado señalarlas todas porque, al hablar de calendario europeo tampoco se trata de algo homogéneo, es decir, cada país toma sus propias decisiones y tienen sus propias normas, por lo que en algunos aspectos coincide con algunos y en otros difiere con otros. Una de las primeras diferencias es la fecha de inicio de las clases.
Mientras que en España es el mes de septiembre el que marca el comienzo del calendario escolar y, en general, es el primero de septiembre cuando dan comienzo las clases. Eso sí, hay algunas excepciones, por ejemplo, en los países nórdicos estas suelen comenzar a mediados de agosto, mientras que en algunos países del sur de Europa, el curso comienza en la segunda mitad del mes de septiembre.
También es habitual que en el calendario escolar europeo haya varios periodos principales de vacaciones. Además de las vacaciones de verano y las de Navidad, también es frecuente que existan las vacaciones de invierno (que en España coincidirían con las de Carnaval) y las de primavera (que serían equivalentes a las de Semana Santa); en algunos lugares además celebran también unas pequeñas vacaciones en otoño, que en nuestro país no existen.
La distribución de las vacaciones supone una gran diferencia, pero esto también lo vemos en la cantidad de semanas libres que tienen los niños en verano. Las vacaciones de verano suelen durar menos semanas en los países donde los estudiantes tienen vacaciones más largas durante el resto del curso, por eso en algunos lugares tienen solo seis semanas libres durante el verano, mientras que en otros países estas se alargan hasta 13 semanas.
En general, a mediados de junio comienzan estas vacaciones en la mayoría de los países, pero hay algunos que las comienzan a finales de mayo o que no las empiezan hasta la primera quincena de julio. Existen diferentes formas de afrontar el curso escolar, en algunos países favorecen tener menos vacaciones seguidas, pero hacer más pausas a lo largo del curso, mientras que hay otros lugares que prefieren juntar esos días libres en periodos más largos, como sucede durante la época estival en España.