A pocos días de haber comenzado oficialmente las vacaciones de verano de los más pequeños, son muchos los padres y madres que se preocupan por cómo mantenerles entretenidos hasta que vuelvan a abrir las puertas de las escuelas.
Sin embargo, durante los meses de verano es necesario seguir estimulando el cerebro de los niños y niñas para que no olviden habilidades y conocimientos. La última investigación “Collaborative for Student Growth” elaborada por NWEA, revela que en los cursos de primaria, las habilidades matemáticas disminuyeron durante las vacaciones de verano para el 70-78% de los estudiantes, y las habilidades de lectura para el 62-73%. Por ello, Louisa Rosenheck, experta pedagógica de la plataforma de gamificación Kahoot! propone algunas actividades que hacer con los más pequeños para mantener su cerebro estimulado los meses de verano.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una hora de ejercicio físico moderado al día para niños de entre 5 y 17 años, ya que este no solo aporta beneficios físicos y motores, sino también ayuda a la mejora de la autoestima y favorece un bienestar mental a través de la generación de endorfinas. Asimismo, mejora la atención, concentración y la memoria así como la creación de hábitos e incrementa las habilidades sociales.
En este sentido, la experta recomienda que los pequeños practiquen deportes que no suelen realizar a lo largo del año. Por ejemplo, ir a la piscina o a la playa a nadar, cambiar de aires disfrutando de la naturaleza practicando el senderismo, yendo de acampada o a hacer un pícnic, montar en bicicleta…
Las actividades artísticas sensoriales son formas de expresión a través de diferentes materiales y elementos que fomentan la creatividad e imaginación de los niños y niñas, además de ser una forma de expresión, puesto que, sin darse cuenta, los pequeños expresan sensaciones y sentimientos cuando realizan este tipo de actividades como jugar con plastilina, el dibujo o la pintura.
Durante la temporada estival los niños pueden dedicar tiempo de calidad a aquellas actividades como la cocina, pintar, dibujar o jugar con plastilina. De esta forma, se activarán partes del cerebro de los niños y niñas que normalmente no trabajan.
Los sudokus, crucigramas o rompecabezas son recursos que esconden conocimientos matemáticos a través del juego, fomentando un pensamiento lógico que ayuda al cálculo y la agilidad mental. Por otro lado, en un contexto marcado por la era digital, los videojuegos forman parte del día a día de los niños, que son nativos digitales y conviven desde el primer día con la tecnología. Los videojuegos mejoran la capacidad de respuesta de los niños, estimulan la creatividad, la atención y la memoria visual e incrementa la motivación.
Louisa Rosenheck añade que “los padres deben tener cuidado con la selección de estos videojuegos para los pequeños, prestando especial atención a las referencias, edad recomendada y toda la información del videojuego antes de que el pequeño comience a jugar”.
Hoy en día, la lectura y el aprendizaje de un idioma, generalmente el inglés, es una exigencia en las aulas. Rosenheck explica que, para conseguir que los niños y niñas tengan interés por la lectura y los idiomas, hay que entender los gustos de estos, preguntándoles por los géneros que les motivan o los países que les gustaría visitar en un futuro.
Aplicaciones como Kahoot! Kids facilitan a los padres la personalización de la experiencia de sus hijos y desarrollar sus habilidades en la primera infancia, además de despertar su curiosidad por el mundo que les rodea con la integración de personajes de Disney y Pixar, y de Nickelodeon como Bob Esponja Pantalones Cuadrados, entre otros.
Leer desde pequeños ayuda a la capacidad de atención, mejorando su capacidad de pensar con claridad y favoreciendo su comprensión, ortografía o redacción. Por su parte, muchos expertos recomiendan el aprendizaje de nuevos idiomas desde edades tempranas, ya que se retienen mejor los conocimientos.
Para sobrellevar las altas temperaturas del verano al mismo tiempo que los niños y niñas mantienen despierto su mente, existen otros planes alternativos como acudir a museos en la ciudad, al cine a ver su película favorita o ir al teatro. No obstante, los padres han de valorar si los hijos están preparados y deben hacer una buena selección del museo, película u obra que esté realmente adaptado a ellos.
Este tipo de experiencias favorecen la unión familiar, además de tratarse de una actividad enriquecedora y entretenida, puesto que desarrollan su imaginación, mejoran sus habilidades comunicativas y les ayuda a gestionar sus sentimientos.
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