La calidad de la educación en España continúa en el foco del debate. Tras el último informe PISA, que reflejó una importante bajada en la clasificación de los alumnos españoles en materias como matemáticas y comprensión lectora, el reciente anuncio del Gobierno sobre un plan de refuerzo precisamente para estas áreas, dotado de 500 millones de euros, vuelve a poner la cuestión también en la agenda política.
En matemáticas el descenso fue de hasta ocho puntos, colocándonos solo un punto por encima de la media de los países de la OCDE, pero en comprensión lectora la bajada de tres puntos nos sitúa, en este caso, por debajo de la media.
Los alumnos apenas dedican tiempo a leer en casa y también ha caído la escritura manual. En estos días, la comunicación de los jóvenes se reduce en muchos casos a mensajes abreviados por WhatsApp y, según los expertos, todo esto ha hecho que haya a quien le cueste entender textos de más de dos líneas.
Lo confirman cada día los profesores y los exámenes que presentan los alumnos: “No entienden lo que les estamos pendientes”, explica José Antonio García, profesor en el I.E.S. Guadarrama.
La comprensión lectora ha caído, reiteran. “En cuanto el problema es un poquito más largo de lo habitual, se pierden en un texto largo”, señala Amaya Matos, también docente en ese centro.
Todo ello, subrayan, repercute también en el pensamiento crítico; “esa incapacidad de ver más allá de lo que se les presenta en un papel”, apunta Isabel Arranz, también profesora del I.E.S. Guadarrama.
Los smartphones les impacientan, explican. “No atienden. Necesitan inmediatez en las cosas, y eso se lo proporciona el móvil”, destacan, insistiendo en que muchas veces, en efecto, no ven más allá: “Todo lo que reciben de las redes lo dan por verdad universal”.
Estas carencias también las denunció en diciembre la Real Academia de la Lengua. “La lectura digital es una lectura más rápida, más superficial… y comprender requiere un poco de calma”, recuerda Eduardo Vidal-Abarca, catedrático en Psicología Evolutiva.
La solución, recalcan, puede ser sencilla: “Leer es la forma natural de entrenar la competencia lectora, y no se lee”, afirma Elena Jiménez, de la Asociación Comprensión Lectora.
Por todo esto, en los colegios andaluces ahora leen en papel 30 minutos cada día. “Los niños tienen que leer comprensivamente”, incide Luis Pinto, director del CEIP Fuentenueva.
Ese es el primer paso para obtener unas habilidades, --como “razonar, analizar, contrastar”--, que, --insisten--, son útiles de por vida.
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