Una profesora de primaria que soñaba con ser maestra desde niña se quitó la vida en Corea del Sur tras sufrir una gran angustia laboral, causada principalmente por las constantes quejas de los padres de sus alumnos. Su trágica muerte ha provocado una enorme protesta de otros docentes que denuncian la grave crisis educativa que vive el país asiático. Una prueba más de la dura presión a la que se someten los trabajadores en estos países del este asiático, como el caso de un doctor que se suicidó en Japón tras hacer 200 horas extras en un mes.
Según el medio Heraldo de México, Lee Min-so (nombre ficticio por petición de la familia) era una maestra querida por sus alumnos, que le dedicaban dibujos y mensajes. Sin embargo, el 3 de julio, escribió una carta donde expresaba su desesperación por el trabajo. Dos semanas después, sus colegas la hallaron sin vida en un armario de su aula. Su caso ha conmovido y enfurecido a toda la comunidad docente de Corea del Sur que expresó historias muy similares a las de Lee Min-so.
Miles de maestros de Corea del Sur han salido a las calles de Seúl para exigir cambios en el sistema educativo. Su principal reclamo es que temen ser acusados falsamente de maltratar a sus alumnos, ya que afirman que los padres se han aprovechado de una Ley de Bienestar Infantil que se aprobó en 2014. Esta ley establece que los maestros señalados por supuesto maltrato serán suspendidos automáticamente.
Por ejemplo, ahora un simple regaño podría considerarse como maltrato emocional y por lo tanto, provocar el despido inmediato de los docentes. Los maestros se sienten desprotegidos y desamparados ante estas acusaciones.
Lo que está ocurriendo en Corea del Sur no solo afecta a la comunidad docente del país asiático. También ha generado una cultura de la hipercompetencia en un contexto donde casi todo depende del rendimiento académico. Por un lado, los alumnos compiten constantemente por obtener las mejores calificaciones y entrar a las escuelas más prestigiosas desde pequeños. Por el otro, los padres, al tener menos hijos, parecen tener menos oportunidades de lograr ese éxito. A esto se suma la desigualdad social y los problemas de violencia, acoso y conflicto dentro de las instituciones educativas de Corea del Sur.
Todo esto ha hecho que menos del 25% de los maestros estén satisfechos con su trabajo según una encuesta de 2023, frente al 68% de 2006, cuando se inició el estudio. Incluso la mayoría de ellos han pensado en dejar su profesión en el último año.
Aunque se han tomado algunas medidas para mejorar la situación en las aulas como nuevas directrices para los maestros y acuerdos con los padres, todavía hay mucho por hacer en todo el sistema educativo. Además, se necesita impulsar una redefinición del concepto de “éxito” en el país asiático para que la vida no dependa de las notas escolares.