Comprar una vivienda es una de esas decisiones determinantes en la vida de una persona. Supone invertir grandes sumas de dinero, y además puede tener un impacto significativo en el estilo de vida y las finanzas a largo plazo. Antes de tomar esta decisión, es importante estar bien informado y saber qué preguntas hacer para asegurarse de que se está eligiendo el mejor inmueble posible. Según asesores inmobiliarios y expertos, existen una serie de aspecto clave que deben ser tenidos en cuenta, y una lista de temas indispensables por los que deberías preguntar antes de proceder.
Una de las primeras preguntas que se deben hacer es sobre la ubicación del inmueble. No es lo mismo comprar una casa en el centro de una ciudad que en una zona rural. Es necesario valorar la proximidad de servicios esenciales como colegios, hospitales, supermercados y acceso a transporte público. Este aspecto puede afectar directamente tanto a la calidad de vida como al valor futuro de la vivienda.
Es clave conocer el estado de conservación de la propiedad, sobre todo si es de segunda mano. Hay que revisar la fontanería, electricidad, estructura, y si existen problemas de humedad o fisuras que podrían llevar a gastos inesperados en reformas. Muchas veces, los problemas estructurales no son evidentes durante una visita inicial, por lo que es necesario preguntar por ello, y además puede ser recomendable contar con un técnico especializado para que realice una inspección exhaustiva.
Si la vivienda forma parte de una comunidad, tanto si es un piso como si forma parte de una urbanización, es importante informarse sobre las normas de la comunidad, los gastos asociados y si existen obras futuras planeadas que puedan conllevar derrama. Hablar con el presidente de la comunidad puede ayudar a entender si hay problemas entre propietarios o si existen restricciones, por ejemplo, en cuanto a tener mascotas. Todas estas situaciones pueden afectar a nuestro presupuesto mensual, por lo que es mejor tenerlos claro desde el inicio.
Es importante investigar si la vivienda tiene problemas estructurales o humedades. Aunque algunos problemas pueden ser evidentes, otros como pequeñas fisuras o humedades en ciertas zonas podrían no ser tan evidentes y convertirse en una carga, con costes adicionales asociados, a medio y largo plazo. Estas deficiencias no solo afectan la estructura del inmueble sino también la salud de sus habitantes.
Otro aspecto a tener en cuenta sería consultas con el ayuntamiento si hay algún proyecto urbanístico que pueda afectar al inmueble. Por ejemplo, la construcción de un vial cercano puede reducir la tranquilidad del área o incluso afectar al valor de la propiedad. Este tipo de consultas se pueden plantear al asesor inmobiliario, o ir directamente en el departamento de urbanismo del ayuntamiento correspondiente.
Antes de proceder con la compra, hay que revisar todos los documentos legales relacionados con la vivienda. La certificación registral, a diferencia de la nota simple, tiene carácter de documento público y otorga una presunción de legalidad. Además, si el inmueble tiene más de 50 años, debe haber pasado la inspección técnica de edificios (ITE), la cual evalúa el estado de conservación, el nivel de accesibilidad, y la eficiencia energética del inmueble.
Adquirir una vivienda implica una serie de gastos que se suman al precio de compra. Se deben tener en cuenta los costes notariales, los impuestos asociados (como el IVA o el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, dependiendo si es vivienda nueva o usada), los gastos de registro en el Registro de la Propiedad y los costes de la gestoría. Además, es fundamental saber el valor mínimo de venta establecido por la comunidad autónoma, para evitar pagar menos impuestos de manera irregular.
Para muchos compradores, adquirir una casa requiere de una hipoteca. Antes de solicitar una, es importante conocer todas las opciones disponibles y elegir la que mejor se adapte a cada situación financiera personal. Es importante tener en cuenta el tipo de interés (fijo o variable), el plazo de amortización, y los costes asociados a la hipoteca, como sería el caso las comisiones de apertura y de estudio. Comparar varias ofertas hipotecarias puede suponer un ahorro a largo plazo. Eso sí, de esto no te va a informar tu asesor inmobiliario, ya que deberás consultar directamente con los bancos.
Además del coste de la hipoteca, se deben tener en mente los impuestos anuales como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y otras tasas municipales, como la tasa de basuras. Estos gastos adicionales deben estar contemplados en el presupuesto, ya que pueden variar significativamente dependiendo de la zona donde esté ubicada la vivienda.
En definitiva, la compra de una vivienda es un proceso complejo que requiere de una evaluación exhaustiva de múltiples aspectos. Formular las preguntas adecuadas y buscar asesoramiento profesional puede evitar problemas a largo plazo y asegurar que la inversión sea la adecuada. Aunque muchas veces el entusiasmo por adquirir la casa de los sueños puede llevar a una decisión apresurada, tomarse el tiempo para indagar cada detalle puede marcar la diferencia entre una compra acertada y una mala inversión.