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Vender una vivienda de protección oficial (VPO) en España es un proceso más complejo del que sería hacer lo mismos con una vivienda normal, y es debido a las restricciones legales que regulan este tipo de inmuebles. Estas viviendas se destinan, en principio, a personas con ingresos limitados y se ofrecen a un precio por debajo del mercado, con ayudas del Estado o de las comunidades autónomas. Eso sí, no es imposible realizar esta venta, y hay un procedimiento y condiciones que debes conocer si quieres vender una VPO.
En primer lugar es importante saber que las VPO están sujetas a un régimen de protección que generalmente dura entre 10 y 30 años, según la comunidad autónoma. Durante este tiempo, la vivienda no puede venderse o alquilarse libremente, y existen limitaciones respecto al precio de venta. En algunas regiones, como Madrid o Andalucía, se permite la venta, pero a un precio máximo legal, lo cual debe ser verificado antes de iniciar la transacción.
A esto hay que añadir que si se decide vender una vivienda de este tipo antes de que termine el periodo de protección, es posible que debas devolver las ayudas que recibiste para su compra. Esto incluye subvenciones y otros beneficios asociados. Este requisito es clave para poder obtener el permiso de venta de dicha vivienda.
Por otra parte, hay casos, en que es posible solicitar la descalificación voluntaria de la VPO, lo que permitiría vender la vivienda como una propiedad libre y, por tanto, fijar un precio acorde al mercado. Este proceso requiere trámites específicos y aprobación por parte de la consejería de vivienda de la comunidad autónoma.
Para vender una vivienda de protección oficial, es un requisito necesario contar con toda la documentación en regla. Serían los siguientes documentos:
La administración pública tiene el derecho de tanteo y retracto, lo que significa que puede ejercer una opción de compra preferente antes que cualquier otro comprador privado, al precio que se esté ofertando. Esto se aplica cuando la vivienda aún se encuentra bajo protección oficial.
También hay que tener en cuenta que al vender una VPO, también se deben tener en cuenta los gastos e impuestos asociados a la transacción, como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), los honorarios notariales y registrales, y en algunos casos, los costes de cancelación de hipoteca.
En definitiva, aunque vender una VPO es posible, requiere seguir una serie de pasos administrativos y estar al tanto de las normativas específicas de cada comunidad autónoma. Por ello es más que recomendable contar con la asesoría de un profesional inmobiliario especializado en este tipo de transacciones para garantizar que el proceso sea fluido y conforme a la ley.
En la siguiente parte del artículo, profundizaremos en las diferencias regionales y los beneficios de la descalificación voluntaria para maximizar el valor de venta.