La falta de viviendas sociales es un problema endémico en España. Incontables han sido los planes que se han puesto en marcha durante décadas. Desde las casas baratas del franquismo a los recientes planes autonómicos... y aun así familias con pocos recursos no pueden acceder a una vivienda digna.
El primer Ministerio de la Vivienda se crea durante la dictadura para paliar la escasez de casas que había en esa época. Ya entonces la política de viviendas se destina a impulsar la compra, lo que ha marcado una cultura de la propiedad en nuestro país.
El mayor incremento se produce en los años 80, pero con el ‘boom’ inmobiliario prácticamente desaparece. Hoy la vivienda pública apenas representa el 1,6%.
El Gobierno acaba de anunciar que creará 100.000 viviendas de alquiler asequible. “Tenemos que dar soluciones vía ayuda o vía acuerdos con aquellos que tienen viviendas para que nadie se quede sin vivienda cuando la necesita en España”, señala David Lucas Parrón, secretario general de Agenda Urbana y Vivienda.
Las organizaciones sociales llevan años denunciando los precios abusivos, los más de 3,5 millones de viviendas vacías que hay en España y la falta de vivienda social.
Es clave, señala Fernando Bardera, del sindicato de inquilinas e inquilinos de Madrid, “conseguir que esa vivienda vacía salga e ir aumentando ese parque de vivienda pública”.
En plena negociación por la Ley de vivienda, PSOE y Podemos marcan una línea roja: el control de precios. Países Bajos ha sido el último país en regularlos.
“Hay que aumentar la oferta de viviendas en alquiler, la construcción de viviendas de parques sociales”, señala Fernando Faces, economista.
Y en España hay pocas: para alcanzar la media de la unión europea tendríamos que aumentar la vivienda pública un 8%.