Ira entre los trabajadores de Nissan por el cierre: barricadas, humo y gritos
Hasta 3.000 personas se quedarán sin trabajo
Con 53 años y dos hijos: "Vamos a dar guerra hasta diciembre"
Barricadas, humo y grito frente a las factorías que Nissan ha decidido cerrar en Cataluña. Hasta 3.000 empleados se quedarán sin trabajo. Muchos muestran su indignación a las puertas de la compañía.
Javier lleva 32 años trabajando en Nissan y se ha quedado en paro. Hoy ha recibido la única noticia que ni él ni sus compañeros quería escuchar. Nissan ha decidido cerrar las tres plantas que tienen en Barcelona: Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca.
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Muchos de estos empleados se han concentrado a las puertas de Nissan donde han dejado salir su ira con barricadas e incendios. "No nos han dejado ni replicarles, ni mostrarles nuestra indignación por la nefasta gestión que han hecho de sus fábricas en España", ha dicho un portavoz sindical cuando ha transmitido la noticia del cierre.
Javier señala que no solo ellos se quedan sin empleo. "Hay muchas empresas auxiliares", recalda. Y es que Nissan da trabajo indirecto a 25.000 personas en nuestro país.
Francisco Alvárez, otro empleado de Nissan, con 53 años y dos hijos, se queda en la calle. Asegura que "van a dar guerra hasta diciembre", cuando previsiblemente las factorías catalanas dejarán de producir.
Lo cierto es que la fábrica de Zona Franca -la más importante de las tres- ha ido perdiendo carga de trabajo de manera paulatina en el último año. A finales de 2019 Nissan planteó un ERE con 600 prejubilaciones, mientras que la factoría trabajaba por debajo del 30 % de su capacidad. La pandemia de COVID-19 no ha hecho más que empeorar la situación. Desde primeros de mayo los trabajadores estaban en huelga indefinida.
El Gobierno busca un plan
La empresa ha comunicado la decisión esta mañana a los sindicatos y al Gobierno. La ministra de Industria, Reyes Maroto, ha asegurado que aún espera poder formar un equipo de trabajo que encuentre una alternativa.
La continuidad de la factoría de Barcelona "tiene sentido económico" para la compañía japonesa, ya que el coste de cerrar la fábrica podría superar los 1.000 millones de euros y la adjudicación de un modelo eléctrico 'solo' 300 millones.