El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España ya ha alcanzado en valores absolutos al de Estados Unidos a pesar de que el PIB norteamericano dobla al español. La cifra adquiere mayor dimensión si relacionamos el PIB per cápita con el SMI porque eso convierte al salario mínimo español en el más alto de todos los países de la OCDE.
Los datos forman parte del III Anuario del Mercado de Trabajo elaborado por Adecco Group Institute. Para su director, Javier Blasco, este es uno de los principales problemas de los salarios en nuestro país ya que eso significa que hay poco campo para el componente variable lo que aleja la competitividad y dificulta la atracción de talento.
Blasco recuerda que compararse con EE. UU. es complicado ya que no es un país con los mismos niveles de prestaciones de desempleo, indemnizaciones por finalización de contrato o nivel sanitario que el nuestro. Pero, a pesar de todas estas diferencias, la economía norteamericana es mucho más poderosa que la española y sus salarios tienen un componente variable de mayor peso ya que los sueldos están orientados a favorecer la productividad. El responsable de Adecco Group Institute apunta a que los salarios con menos componentes variables tienden a apalancarse, que es un poco lo que le pasa al modelo español".
Según Blasco, "en España, el 70 % de las variables tiene que ver con la antigüedad, y eso es un problema ya que afecta a la estructura salarial y dificulta la captación de talento que nos interesa traer. Habrá personas, --concluye el responsable de Adecco Group Institute-- que no querrán venir porque se dan cuenta que aquí no existe ninguna proyección retributiva porque el convenio colectivo y las bandas salariales acaban siendo una jaula en la que no pueden crecer salarialmente.
En esta característica estaría la explicación de esta diferencia entre ambos salarios mínimos: "En esto los americanos son muy agresivos, ellos no necesitan un SMI tan alto porque su salario está por encima del nuestro, pero sobre todo porque tienen componentes variables muy potentes", concluye.
Según este informe, en España, el salario mínimo se situó en 2021 en 1.126 euros (12 pagas), habiendo subido un 53 % desde 2016. Si lo comparamos con otros países de nuestro entorno, es un nivel superior al de Estados Unidos, pese a que el PIB per cápita del país norteamericano duplica al español. En España ha habido una recuperación salarial importante, alcanzando los 1.751 euros/mes de salario medio, pero magnificada por el “efecto ERTE”, que sobredimensiona el crecimiento con respecto a 2020.
En Europa hay una gran diversidad de situaciones. Desde 9 países que no tienen un salario mínimo legal (Dinamarca, Italia, Chipre, Austria, Finlandia, Suecia, Noruega, Islandia y Suiza), hasta otros 7 en donde el mismo supera los 1.500 euros mensuales.
Tras el fuerte aumento del trienio 2016-2019 (37,4 %), el salario mínimo interprofesional moderó su ritmo de avance: 11,1 % entre 2019 y 2022, cuando alcanzó la cifra de 1.000 euros mensuales.
Cuando se corrige el salario nominal (es decir, el salario ordinario mensual expresado en euros) de las variaciones del IPC, se obtiene el salario real. El salario real permite conocer las variaciones en el poder de compra del salario nominal.
En 2020, el salario real cayó un 2,7 %, pues el descenso de un 3 % del salario nominal fue en parte compensado por una caída de un 0,3 % del IPC. En 2021 ocurrió lo contrario: la mitad del aumento nominal del salario fue malogrado por el aumento de un 3,1 % del IPC.
El poder adquisitivo del salario medio en 2021 fue similar al de 2015-2016 y fue un 4,9 % más bajo que en 2010.
La variación del poder de compra del salario medio que se acumuló en los diez años que van de 2011 a 2021 en países seleccionados de la UE, oscila en un rango que va desde una ganancia del 13,6 % en el caso de Polonia, hasta una pérdida de un 6 % en el caso español.
Suecia y Francia también sufrieron pérdidas, mientras que en Portugal, Holanda e Italia esta variable tuvo variaciones menores. Alemania, por su parte, consiguió un incremento significativo, de un 6,9 %.