Pertenecer a una lista de morosos como ASNEF -Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito- es más común de lo que parece. No pocas personas mantienen pequeñas deudas con proveedores de servicios (telefonía, internet y similares) por desacuerdos sin solucionar, y el resultado puede acabar figurando en uno de estos listados.
Ello, desafortunadamente, trae de la mano consecuencias negativas, como dificultar el acceso a créditos. Con todo, existen empresas dispuestas a ofrecer préstamos y créditos rápidos estando en ASNEF, aunque hay que tener cuidado con las condiciones, ya que éstas suelen ser bastante más perjudiciales para el consumidor debido (al menos en teoría) al plus de riesgo asumido. ¿Lo mejor? Sanear tus cuentas y permitirte así acceder a créditos en condiciones normales cuando así lo necesites.
La respuesta es afirmativa, pero evidentemente las condiciones de acceso al dinero serán peores que para una persona con sus cuentas en orden. Por eso, la primera opción para conseguir un crédito estando en ASNEF es pagar la deuda y cancelar así la pertenencia a este listado. La segunda, acudir a una financiera dispuesta a trabajar con personas que figuren en listados de morosos.
En caso de que figuremos en este listado debido a una pequeña deuda o desencuentro, aparecer en ASNEF te perjudica a pesar de ser un 'buen deudor’, por lo que las entidades verán más riesgo en prestarte dinero aunque tu deuda sea ínfima y, en la práctica, no seas un ‘moroso’ en el sentido más completo de la palabra. En estos casos resulta más claro que la mejor solución es pagar la deuda pendiente para poder acceder a mejores condiciones, y reclamar si es necesario por esa cantidad a la empresa con la que hayamos tenido un conflicto.
Sin embargo, si te encuentras en ASNEF por contar con una deuda importante, se hace más necesario que nunca estudiar con todo detalle cualquier contrato de préstamo o crédito al que puedas acceder para evitar entrar en una espiral de endeudamiento. Los préstamos, créditos y microcréditos a intereses muy elevados pueden acabar generando más problemas que soluciones: lo mejor es recortar gastos en la medida de lo posible, sanear cuentas, cancelar deudas... e intentar mantener cierta austeridad hasta que la situación mejore económicamente.
Para descubrir si apareces en ASNEF -la lista de morosos más importante de España- o a cualquier otra lista de este tipo (RAI y CIRBE son otras de las más conocidas), basta con consultar en cualquiera de ellas a través de los medios que ofrezcan. Por ejemplo, por teléfono, correo electrónico, correo postal... También puede ser tu entidad quien te facilite esa información: si estás en proceso de pedir un préstamo o crédito, con toda seguridad se analizarán tus datos y se consultará si perteneces a alguno de estos listados, por lo que obtener esta información te será, desgraciadamente, muy sencillo.
Si tu banco descubre que perteneces a ASNEF, lo más normal será que se te niegue cualquier préstamo, algo lógico teniendo en cuenta que nadie quiere asumir un riesgo innecesario prestando dinero a alguien que, al menos en teoría, pertenece a un listado de malos pagadores.
Si te has decidido a desaparecer de ASNEF, tienes tres opciones:
Por último, si no queda más remedio, y siempre valorando todos los riesgos asociados, puedes acceder al dinero que necesitas acudiendo a una financiera dispuesta a prestar dinero a personas que aparezcan en ASNEF o similares. Suele ser habitual que reclamen avales inmobiliarios, bancarios, de vehículo... También es habitual que las condiciones del préstamo lo hagan más caro y que se incluyan cláusulas que penalicen cualquier impago. Son los llamados intereses de demora, que se suman a los intereses ordinarios cuando no pagues en el plazo estipulado.