La crisis actual por la invasión de Rusia a Ucrania está empeorando el problema económico más importante de los últimos meses: la inflación. Lo que en un principio se originó esencialmente por un desajuste entre una demanda creciente de ciertos productos, especialmente los energéticos, y una oferta que no podía satisfacerlas, en ocasiones por problemas logísticos.
“Por todo ello se ha considerado que la inflación iba a ser coyuntural, pero la situación actual no solo lleva a que ya se piense que su duración será a mucho más largo plazo, sino que se seguirá subiendo y afectando a muchos productos”, señala Antonio Gallardo, experto de Banqmi, el comparador financiero de iAhorro.
La inflación escala en febrero al 7,6%, dos décimas más de lo previsto, mientras la guerra en Ucrania alienta nuevas subidas de precios. Entre los productos más azotados por el vendaval de subidas aparecen la electricidad (80,5%), la gasolina (25,1%) y el diésel (28,4%). El grupo de vivienda elevó más de siete puntos su tasa interanual el mes pasado, hasta el 25,4%,
La tasa interanual del IPC de febrero supone un avance de 1,5 puntos sobre el dato de enero y sitúa los precios al mayor nivel en más de 35 años. Se trata de la decimoquinta tasa interanual positiva que encadena el IPC, las últimas tres en niveles superiores al 6% y batiendo marcas que no se registraban en 30 años.
Junto a la electricidad y el gasóleo para calefacción, el repunte interanual del IPC se debe al grupo de alimentos, que elevó ocho décimas su tasa, hasta el 5,6%, y el grupo de transporte, que registró una tasa interanual del 12,8%, un punto y medio superior a la de enero, por el mayor precio de los carburantes para vehículos personales y el encarecimiento de los automóviles.
Entre los alimentos a los que se extiende el contagio inflacionista destacan las subidas del aceite de oliva (30,6%), otros aceites comestibles (32,3%), pastas alimenticias (19,9%), harinas y otros cereales (11,7%), alimentos para bebé (10,5%), carne de ovino y caprino (9,5%), arroz y leche desnatada (9,4%), leche entera (9,3%) y café (8,2%).
También subieron de precio las mermeladas y confituras (8,7%), el café (8,2%), otros productos de panadería (7,4%), los huevos (6,6%), el pan (6,4%), la carne de vacuno (6,4%) y la mantequilla (6,3%). Los precios de los hoteles, hostales y pensiones crecieron un 21,1%, y los muebles para el hogar un 7,2%, y las bicicletas un 6,7%.
Por el contrario, los productos que más se han abaratado en los últimos 12 meses son los peajes y aparcamientos (-20,8%); los equipos de telefonía móvil (-5,7%); los ordenadores personales (4%); el transporte marítimo de pasajeros (-3,1%), y los vuelos internacionales (-2,2%).
“La tendencia es que la subida de los precios en los combustibles cada vez se trasladará más a los precios de muchos más productos, siendo los alimentos de nuevo entre los más afectados. El trigo, por ejemplo, ya está subiendo de forma importante, y lo harán también el aceite de girasol y otros afectados por la subida de los piensos, como los cárnicos”, concluye Antonio Gallardo.