Europa busca limitar el impacto que la invasión de Ucrania tiene en los precios de la energía y de momento el precio de la luz baja este miércoles 72 euros. Aun así es difícil de asumir para muchas empresas y llegar holgado a fin de mes es utópico en numerosos hogares. Tampoco el precio del combustible da un respiro. Desde que comenzó la invasión de Ucrania esta ha sido la escalada: doce céntimos más la gasolina y diecisiete el diésel y se espera que siga subiendo.
Con el fin de reducir el agujero en el bolsillo, muchos conductores optan por buscar las gasolineras más baratas donde poder repostar y que el litro salga de 10 a 20 céntimos más barato. Las conocidas estaciones de servicio low-cost, que ofrecen carburantes más económicos que aquellos que se sirven en gasolineras de primeras marcas.
Llenar el depósito a un menor precio hace que muchos conductores se pregunten si eso afecta al motor del vehículo.
No. La empresa CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos) es la única distribuidora oficial de combustible del país, por lo que todas las petroleras y distribuidoras compran y distribuyen el combustible de sus depósitos una vez ha sido certificado, controlado y con una calidad legal, sea o no de marca.
Por lo tanto, la gran diferencia entre el combustible low-cost, y el 'normal', que se ve reflejada en su precio, tiene que ver con los aditivos que las grandes compañías añaden a sus combustibles, para ofrecer un plus de calidad.
Estos aditivos son productos químicos que agregan alguna característica al combustible como los detergentes, que mantienen limpia la cámara de combustión y sistemas de inyección, los anticorrosivos, que ayudan a proteger elementos metálicos contra la oxidación y corrosión, o los antifricción, que disminuyen el roce entre elementos metálicos.
Las marcas reconocidas ofrecen el mismo combustible a un precio superior por este tipo de aditivos que incorporan a su mezcla con el objetivo de prologar la vida del motor y aumentar su eficiencia y rendimiento, mientras que el combustible que ofrecen en la mayoría de gasolineras low-cost es básico.
Insistimos: este combustible básico ha pasado todos los controles de calidad, por lo que es perfectamente recomendable para tu vehículo. Otra cosa es que quieras un carburante con más y mejores características.
No existe evidencia real de ello. El combustible que repostamos en la estación de servicio proviene de un depósito enorme que, si no está siendo renovado continuamente, puede acumular suciedad, residuos, impurezas y vapores que aumenten el nivel de agua que contenga el carburante, lo que puede deteriorar nuestro motor.
Es recomendable repostar en una estación de servicio donde haya mucha rotación de combustible, sea low-cost o no, donde haya mucha clientela. De esta forma, te asegurarás de que los tanques de combustible están siempre en constante movimiento y renovación, y que los depósitos de agua serán mínimos.
También evita apurar el depósito de combustible al máximo. La bomba de combustible lo succiona para enviarlo, después de pasar por la bomba inyectora, a los inyectores, y si el nivel de combustible es muy bajo dentro del tanque, el esfuerzo que tiene que realizar la bomba es mayor, haciendo más probable que se produzca una avería.
Las estaciones de servicio low-cost tienden a estar ubicadas cerca de grandes supermercados, por lo que estos centros comerciales tienden a suplir la falta de ganancias del combustible con las compras que los conductores aprovechan a realizar al mismo tiempo que llenan el depósito.
Además, ahorran gasto en personal. Las gasolineras más baratas tienden a ser autoservicio. Se calcula que los trabajadores suponen hasta el 60% de los gastos que tiene que afrontar una gasolinera, por lo que no contratar personal repercute directamente sobre el precio al que puede venderse el combustible.