Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) llegaron a un acuerdo el pasado martes para flexibilizar las reglas comunes sobre el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de modo que se dé más libertad a los gobiernos para fijar los tipos de IVA, incluido el reducido o el nulo, es decir, el 'IVA cero'.
Con este acuerdo se actualizarán la lista de bienes y servicios a los que los países pueden aplicar tipos reducidos de IVA como por ejemplo el material necesario para proteger la salud pública, como las mascarillas (que se mantendrá en España con el IVA al 4%); pero también los artículos que sean útiles para proteger el medio ambiente o que contribuyan a facilitar la transición digital.
La revisión de la norma permitirá también a las capitales asignar un tipo nulo de IVA, el llamado 'IVA cero', a algunos de los artículos de la lista que se consideren como necesidades básicas, además de abrir la puerta a todos los socios a aplicar exenciones o tipos reducidos que ahora se aplican por razones históricas en alguno de los Estados miembros.
Además de dar más libertad a los gobiernos de los países miembros de elegir los productos que contarán con IVA super reducido, es la primera vez que se da libertad para que algunos productos no cuenten con este gravamen, es decir, que su IVA sea cero. Entre estos productos que podrían librarse del IVA se encuentran los libros, los periódicos y las revistas (tanto de papel como digitales) y también los productos de higiene femeninos, como los tampones o compresas, también los productos anticonceptivos y otros productos sanitarios como las mascarillas y otros bienes necesarios para enfrentar las pandemias o crisis sanitarias.
La eliminación del IVA en los productos de higiene femenina es una vieja reivindicación de buena parte de los grupos parlamentarios en el Congreso de Los Diputados, que han votado en este sentido en varias iniciativas en los últimos años.
Otra de las novedades de este acuerdo del ECOFIN apunta a terminar con los tipos reducidos y exenciones que actualmente se apliquen sobre bienes o servicios considerados perjudiciales para el medio ambiente o para alcanzar los objetivos de la UE en materia de cambio climático. Esta supresión se hará de manera gradual hasta 2030.
Para que la norma entre en vigor, los Veintisiete deben esperar aún un dictamen del Parlamento Europeo, aunque se trata de un proceso consultivo porque la posición de la Eurocámara en este asunto no es vinculante.
"Los Estados miembros dispondrán de más flexibilidad a la hora de que sus sistemas de IVA reflejen las opciones políticas nacionales, garantizando al mismo tiempo la coherencia con las prioridades europeas comunes: las transiciones ecológica y digital y, por supuesto, la protección de la salud pública", ha dicho el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, para celebrar el acuerdo que llega tres años después de la propuesta inicial de Bruselas.