Fueron el salvavidas de miles de empresas y millones de trabajadores, que se han agarrado a los ERTE para vadear la crisis provocada por la pandemia. Pero hecha la ley, hecha la trampa, hay empleados en ERTE obligados a trabajar. "Estamos de ERTE cobrando menos, pero con una carga de trabajo mayor. La empres se está aprovechando jugando con el miedo actual. Te dicen eso de tú sabrás lo que haces", cuenta uno de estos trabajadores afectados a Informativos Telecinco.
La Inspección de Trabajo ha detectado ya miles de infracciones: de hecho han sido nada menos que 3.675 que han supuesto sanciones por valor de 16,7 millones de euros. La Inspección de Trabajo mantiene abiertas investigaciones a otras 8.800 compañías. Trabajo ha sancionado al 15% de las 33.400 empresas que ha investigado por posibles irregularidades tanto en el cobro de prestaciones por ERTE como en la exención de cotizaciones. Crear empresas ficticias para acogerse a ese régimen está entre las investigaciones.
La pandemia no ha provocado mucha empatía. El 15% de empresas multadas por fraude en los ERTE respecto al total de compañías investigadas contrasta con el 8,4% de infracciones detectadas por Trabajo en 2019, cuando se realizaron más de 1 millón de inspecciones y se detectaron 89.200 conductas fraudulentas.
"Estaba trabajando en mi casa, teletrabajo pero estaba en ERTE", dice otro de los afectados, que no quería perder el trabajo. El Ministerio de Trabajo ha creado un buzón contra el fraude anónimo para denunciar (pincha aquí para acceder al mismo) porque es lo que hay que hacer, "el dinero de público es de todos". Los expertos lo tienen claro: hay que acumular pruebas, llamadas, mails y denunciar y olvidarse de frases como "con la que está cayendo tienes trabajo". Las empresas que cometen fraude se enfrentan a multas de entre 6.000 y 200.000 euros. La multa media que han tenido que afrontar las empresas que han incurrido en fraude se sitúa en 4.550 euros.
Empresas ahogadas por la pandemia
La cara del fraude convive con la de la ruina de muchos que han visto cómo tienen que cerrar o despedir a sus empleados. Casi el 13% de los negocios de transporte y hostelería aún no ha podido rescatar del ERTE a ningún trabajador y prácticamente un tercio (33,8%) ha tenido que despedir o no renovar contratos con la llegada de la 'nueva normalidad'. Así lo reflejan los datos de un módulo de opinión sobre el impacto del Covid realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el marco de la publicación del indicador de confianza empresarial.
Durante el estado de alarma, un 38,9% de los establecimientos empresariales solicitó un ERTE para todos o parte de sus trabajadores, porcentaje que en el caso de transporte y hostelería alcanzó el 52%. A lo largo del segundo semestre de 2020, las empresas fueron rescatando trabajadores del ERTE, aunque a diferente ritmo según su sector de actividad.
En términos generales, casi el 60% rescató al 100% de sus trabajadores (77,9% en el caso de la construcción y 38,9% en transporte y hostelería). En este último sector, el 12,7% de los establecimientos aún no han podido rescatar del ERTE a ninguno de sus empleados.
Con la irrupción de la 'nueva normalidad' en la segunda mitad del año pasado, el 32,1% de los establecimientos tuvo que reorganizar la jornada laboral (un 37,8% en el caso de Transporte y Hostelería y un 37,7% en las empresas industriales), en tanto que uno de cada cuatro establecimientos se vio obligado a despedir o a no renovar contratos, porcentaje superior en 9,2 puntos al registrado durante el estado de alarma. En transporte y hostelería el porcentaje de negocios que despidió o no renovó contratos alcanzó el 33,8% en la segunda mitad de 2020.
De cara al primer semestre de 2021, el 5,6% de las empresas prevé aumentar su plantilla, mientras que un 5,8% pretende recuperar los trabajadores que tiene en ERTE y un 9,3% estima que recortará sus efectivos.