Fondo de emergencia: cómo conseguir un colchón de ahorro y por qué es necesario tenerlo
Si algo nos ha enseñado la pandemia es que los imprevistos existen: por eso es necesario contar con un colchón para imprevistos
El llamado fondo de emergencia no es otra cosa que una cantidad de dinero ahorrada para hacer frente exclusivamente a gastos extra
La mejor forma de empezar es fijándonos metas pequeñas y realizables que irán escalando con el tiempo
Ahorrar en un momento como el actual puede ser un lujo al alcance de pocos pero si una cosa nos ha demostrado la pandemia es que los imprevistos existen y que sus dimensiones pueden ser inmensas y absolutamente impredecibles.
Consecuentemente, queda demostrada también la necesidad de contar con un colchón de ahorro que nos permita hacer frente a este tipo de contingencias de manera holgada y sin ver nuestra salud financiera comprometida, por lo que tal vez sea el momento de fijarte una meta de ahorro que te permita salir airoso de la siguiente crisis. Al fin y al cabo, es muy probable que no sea la última. ¿Cómo crear un fondo de emergencia y en qué consiste exactamente?
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Fondo de emergencia: cómo conseguirlo
Un fondo de emergencia no es ni más ni menos que un dinero ahorrado pensado para poder hacer frente a cualquier imprevisto económico que surja en tu día a día: una situación de desempleo, el retraso en el pago de un cliente importante, una avería en nuestro automóvil, el adiós definitivo a un electrodoméstico, la reforma de parte de tu hogar... La clave está en evitar el endeudamiento.
Su razón de ser se encuentra precisamente en el hecho de que pocas veces nuestra situación económica permanecerá estable, una circunstancia que no depende solo de nosotros, sino también de los vaivenes del resto del Planeta. La pandemia por coronavirus se ha convertido en todo un paradigma de esta realidad: vivimos en un mundo con pocas certezas, pero la consecución de periodos de crisis con otros de mayor bonanza es sin duda una de ellas.
Si estás pensando en crear un fondo de contingencia, normalmente el objetivo suele fijarse en contar con ahorros suficientes para vivir sin cobrar ningún sueldo durante unos 6 meses. Claro está, para llegar a cumplir esta meta hace falta pasar por muchos estadios previos y suele ser conveniente fijarse pequeñas metas que eviten que nos desanimemos. Contar con un pequeño colchón será mucho mejor que no contar con ninguno en absoluto.
Por eso los expertos recomiendan meternos en la cabeza que ese dinero 'separado' en forma de ahorro no existe: debemos reservarlo para verdaderos imprevistos y evitar gastarlo de forma caprichosa una vez lo veamos crecer. Para esto es necesario realizar un ejercicio previo: ¿Cuáles son nuestras necesidades vitales? ¿Qué lujos o caprichos nos podemos permitir y cuáles son verdaderamente prioritarios? Puede que tu economía no pueda 'estirarse' como para hacerte con determinados bienes que potencialmente te gustaría tener pero, con esfuerzo, tal vez puedas invertir en algo que realmente te apasione y te haga feliz.
Más allá de ello, piensa que estás hablando de dos huchas separadas: una cosa es ahorrar con un fin determinado y otra construir tu fondo de emergencia, que no tiene otro objetivo que, como su nombre indica, hacer frente a cualquier emergencia o imprevisto real.
En este sentido, un error frecuente es no ser conscientes de nuestra situación real, gastando por encima de nuestra posibilidades y haciendo uso de productos de crédito que intentarán que pospongamos el pago lo máximo posible para cobrarnos intereses. Si quieres ahorrar, lo mejor es renunciar al crédito en cualquiera de sus formas, sobre todo en su formato revolving y, en general, siempre que implique intereses. Intenta comprar solo aquello que puedas permitirte y que verdaderamente necesites, y descansarás mucho más tranquilo (sobre todo los primeros días del mes).
Por qué es necesario
Además, piensa que un fondo de emergencia te aportará muchísima tranquilidad: en caso de imprevisto tendrás la certeza de poder hacer frente a varios meses de gastos sin entrar en pánico, ganando margen de reacción para mejorar tu situación dentro de ese periodo.
Por eso, el consejo más universal que escucharás a la hora de construirlo es empezar poco a poco y evitar que la desesperación (o la impulsividad a la hora de gastar) gane la partida: si puedes ahorrar solo 50 euros al mes, será mejor que nada, y si puedes dedicar una paga extra íntegra al ahorro, mejor que mejor. Piensa también que esa sensación de impaciencia irá mitigándose a medida que pase el tiempo y vayas alcanzando objetivos. Cuando veas tu cuenta de ahorros crecer te sentirás satisfecho por ello y ganarás control e independencia.
Otro punto clave alcanzado cierto nivel de ahorro es definir qué suma de dinero necesitamos realmente para vivir cómodamente durante un mes. De esta forma, podrás calcular de forma realista las dimensiones del colchón que necesitas construir.
Por supuesto, su construcción dependerá de tus ingresos y, aunque es importante ahorrar, también lo es vivir. Simplemente, sé realista en cuanto a tus posibilidades y responsable en cuanto a tus necesidades: es la mejor fórmula para alcanzar una situación económica en la que te sientas cómodo y en la que saques el máximo partido a tu dinero en función de tus intereses reales, que no tienen por qué coincidir con los de los demás ni con los que fueran prioritarios para ti tiempo atrás.