"Nos van a arruinar, estamos hundidos". Son las palabras de los hosteleros que ven la Semana Santa perdida. Pocas situaciones en la historia económica de nuestro país han sido tan señaladas como la que actualmente vivimos. La pandemia por coronavirus constituye un nuevo tipo de crisis económica en la que se generan escenarios nuevos y necesidades distintas, tanto en lo referente a las medidas necesarias para la recuperación como en cuanto al ritmo en que previsiblemente volveremos a la 'normalidad'. Por eso es normal que los datos macroeconómicos de los últimos meses muestren movimientos extremos, acordes a la caída drástica del consumo y la producción que afectó el pasado 2020 a la mayoría de las economías del mundo. Si nos centramos en el momento presente, ¿cuál será previsiblemente la evolución de la economía en 2021 en comparación con 2020? ¿Y en 2022? ¿Nos encontramos más cerca de la recuperación?
El escenario que dibujó la pandemia en 2020 fue sin duda desolador: se calcula que la economía española se contrajo en un 11 por ciento durante todo 2020 (esta cifra aun no está cerrada), cifra que supone, con creces, el mayor desplome registrado en 85 años (muy lejos del de 2009, que fue de 'tan solo' un 3,8 por ciento del PIB anual). El precedente comparable más cercano lo encontramos al inicio de la Guerra Civil.
Además, si trasladamos a euros la caída experimentada en la economía española el pasado 2020, hablaríamos de un descenso de la producción cifrado en unos 130.000 millones de euros, casi el equivalente al coste anual de las pensiones.
Dejando atrás este escenario, y mirando hacia lo que nos depara 2021, para este año se prevé un crecimiento del 5,5 por ciento, según un reciente informe publicado por BBVA Research. Esto que significa que no llegaremos a niveles de principios de 2020 en este ejercicio. Ya en 2022, la entidad apunta hacia un crecimiento del 7 por ciento del PIB, aunque resulta muy aventurado dibujar un escenario probable dada la incertidumbre del momento que vivimos.
Por su parte, desde Bankinter aseguran que, a medio plazo, y a pesar de que 2021 será un mejor año en lo económico, "dos factores pueden limitar el potencial de crecimiento del consumo privado y de la inversión". Por una parte, la tasa de paro, que se encontraba en el 13,8 por ciento a finales de 2019 y que se prevé que pueda llegar al 16,2 ya en 2022, en "un ejercicio ya sin mecanismos especiales de los ERTE, que podrían extenderse en parte de 2021". Por otro lado, el aumento del déficit público, que elevará la relación deuda pública/PIB.
Como puntos a favor de la recuperación, los analistas de la entidad apuntan hacia el fondo europeo, que supone la "gran oportunidad para impulsar la recuperación y afrontar el doble reto de la absorción de un importe de inversión relevante y de aprovechar el crecimiento para mejorar la competitividad a futuro.
En cuanto a 2022, desde BBVA hacen referencia a los efectos positivos de "una vacunación masiva, tanto en España como en el resto de Europa; la política fiscal expansiva por la que apuestan los Presupuestos Generales del Estado para 2021, el despliegue del Plan de Recuperación para Europa (NGEU); las medidas de impulso tomadas por el Banco Central Europeo y el Gobierno; así como una elevada capacidad productiva sin utilizar". Todos estos factores estarán detrás del repunte que se espera para el próximo año.