Los mercados han entrado en pánico al final de la sesión por los ataques rusos a Ucrania. La Bolsa española ha caído un 3,4%, en lo que ha supuesto su peor sesión en cuatro meses, cerrando el Ibex-35 en 8.188 enteros. Y el petróleo ha llegado a superar los 107 dólares, mientras Europa trata de asfixiar a la economía rusa. Unas medidas que ya están padeciendo sus ciudadanos.
La aparente normalidad en las calles de Moscú convive con otra realidad: colas larguísimas para sacar dinero del cajero porque, como indica un ciudadano, "temen que pronto se queden sin efectivo". El acoso y derribo en la economía rusa empieza a impactar en la población. El rublo se ha devaluado, y mucho.
El salario medio ha pasado estos días de 640 euros mensuales a apenas 500. Como afirma Anna, una moscovita, "los precios ya están subiendo", hasta un 30% en el caso de algunos productos tecnológicos. Y muchos ciudadanos se encuentran con sus tarjetas VISA o Mastercard bloqueadas.
Sin embargo, ese colapso que se busca es hoy en día imposible, porque Rusia puede continuar vendiendo gas y petróleo sin restricciones. José María O'Kean, catedrático de Economía en la Universidad Pablo Olavide, explica que "le pagan en dólares y en euros. Es decir, ese dinero va a seguir entrándole, porque es una de las cosas que no se ha bloqueado".
Europa mide sus pasos para evitar salir gravemente perjudicada. El economista Gonzalo Bernardos asegura que "podemos ahogar, económicamente, no de golpe, con la idea de que no haya efecto 'boomerang'".
Con sus enormes reservas de materias primas, Rusia sigue demostrando que es una economía difícil de castigar.