En el actual escenario laboral, marcado por la incertidumbre y la creciente apuesta por el autoempleo, son muchas las personas que se preguntan si es posible compaginar el cobro de la prestación por desempleo con el inicio de una actividad por cuenta propia. La respuesta en este caso es afirmativa, aunque existen ciertas condiciones y limitaciones. Repasamos los requisitos, el procedimiento y las implicaciones fiscales de compatibilizar el paro con el alta como autónomo.
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) permite a los beneficiarios del paro continuar cobrando la prestación mientras inician una actividad como autónomos. Sin embargo, para acceder a este derecho, es necesario cumplir con los siguientes requisitos:
Si se cumplen estos requisitos, el SEPE permite seguir cobrando el paro durante un máximo de 270 días (nueve meses), o el tiempo restante de la prestación si es inferior a ese plazo.
Al compaginar el paro con el autoempleo, el contribuyente recibe ingresos de dos fuentes distintas, lo que puede tener un impacto en la tributación. Y es que la prestación por desempleo se considera rendimiento del trabajo, mientras que los ingresos por cuenta propia se consideran rendimientos de actividades económicas. Los autónomos deben presentar pagos fraccionados del IRPF (modelo 130 o 131) si no aplican retenciones en sus facturas. Además, es posible que el contribuyente suba de tramo en el IRPF, lo que aumentaría su carga fiscal.
Para aquellos que prefieren recibir el paro en un solo pago, existe la posibilidad de capitalizar la prestación. Esta opción permite recibir el 100% del importe pendiente para invertirlo en la creación de un negocio o para el pago de cuotas a la Seguridad Social. Sin embargo, esta medida no es compatible con el cobro mensual de la prestación.
Compatibilizar el paro con el alta como autónomo puede ser una estrategia efectiva para garantizar estabilidad financiera en los primeros meses de actividad. No obstante, es fundamental conocer bien los requisitos y limitaciones de esta opción para evitar problemas fiscales y administrativos. Antes de tomar una decisión, se recomienda consultar con un asesor fiscal para evaluar la situación particular de cada caso.