El mes de enero es especialmente exigente para los trabajadores autónomos en España, ya que deben cumplir con diversas obligaciones fiscales para evitar sanciones por parte de la Agencia Tributaria.
Antes del 20 de enero, los autónomos han tenido que presentar varias declaraciones relacionadas con retenciones e ingresos a cuenta del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
El incumplimiento de estos plazos puede acarrear recargos que oscilan entre el 5% y el 20%, dependiendo del retraso en la presentación. Además, si es la Agencia Tributaria quien detecta la omisión, las sanciones pueden variar del 50% al 150% de la cuota tributaria, según la gravedad de la infracción.
Hasta el 30 de enero, los autónomos deben presentar las autoliquidaciones correspondientes al último trimestre de 2024.
Es fundamental asegurarse de que todas las operaciones realizadas durante el año estén correctamente reflejadas en estas declaraciones para evitar discrepancias con la información que posee la Agencia Tributaria.
El 31 de enero es la fecha límite para presentar ciertos modelos y realizar modificaciones en los regímenes de tributación:
La presentación puntual de estos modelos es esencial para mantener una correcta relación fiscal y evitar posibles sanciones.
Para aquellos autónomos que deseen renunciar al régimen de estimación objetiva (módulos) y optar por la estimación directa en 2025, el plazo para comunicar esta decisión finaliza el 31 de enero.
Esta elección puede tener implicaciones significativas en la carga fiscal y administrativa del autónomo, por lo que es recomendable evaluar detenidamente las ventajas y desventajas de cada régimen.
El incumplimiento de estas obligaciones dentro de los plazos establecidos puede derivar en sanciones económicas. Los recargos por presentación extemporánea sin requerimiento previo varían según el retraso:
Si es la Agencia Tributaria quien requiere la presentación, las sanciones pueden ser más severas, incluyendo multas proporcionales que pueden alcanzar hasta el 150% de la cuota defraudada en casos graves.
Para evitar sanciones y mantener una correcta gestión fiscal, se recomienda a los autónomos planificar con antelación las obligaciones fiscales, marcando en el calendario las fechas límite de presentación.
Mantener una contabilidad ordenada y actualizada, que facilite la elaboración de las declaraciones y minimice errores. También, cómo no, utilizar herramientas digitales o software de gestión que ayuden en el control financiero y fiscal del negocio.
Y asesorarse con profesionales en caso de dudas o situaciones complejas, garantizando el cumplimiento de las normativas vigentes.
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