Nilda resume la precaria situación de los cuidadores con una frase: "Vas de cuidadora interna y quieren pagarte como externa"

“Vas como una cuidadora interna y te quieren pagar lo mismo que si fueses externa. No quieren darte de alta. Casi no tengo vida personal porque me dedico al trabajo nada más”. Estas son las palabras de Nilda, una mujer que trabaja como cuidadora en España y denuncia la precaria situación a la que se enfrenta diariamente, Informa P. Ortiz, V. Talero, A. Mendoza y L. Cruz.

Cruz Roja ha denunciado también la precariedad y la explotación de aquellas personas que trabajan en el sector de los cuidados. En España, casi un 12% de las mujeres, se dedican a cuidar a personas mayores o dependientes.

A través de redes sociales, la organización ha informado sobre la presentación relacionada con el sector, que ha tenido lugar este miércoles en la Sala de Exposiciones de la Avenida Reina Victoria, 26. El objetivo de la exposición, es revelar la situación real a la que se enfrentan muchas personas que se dedican al cuidado de personas, tanto mayores como dependientes.

Problemas para la conciliación, precariedad y acoso o abuso sexual

La mayoría de ellas, tienen problemas para conciliar la vida laboral y familiar, para llegar a fin de mes e incluso sufren abuso o acoso sexual. Esta labor tan importante para muchas familias es un desgaste físico y mental muy poco reconocido: “Mi labor es que esa persona a la que cuido sea totalmente independiente y que su familia no tenga que cuidarle. Habría que regular todo este sector para que podamos tener una vida y trabajo digno”, añade Piedad, otra cuidadora.

La precariedad es un aspecto que acompaña diariamente a ese 12% de mujeres. Sin embargo, aunque en este sector haya pocos hombres, Iñaki es un cuidador y el claro ejemplo de que, independientemente del género, la precariedad va ligada con el puesto de trabajo.

Iñaki lleva reclamando una mejora de las condiciones alrededor de 20 años: “La remuneración, la formación, la cualificación profesional, son cosas que no existen, todo pasa por regular bien la figura”, confiesa. Aurora, además de trabajar como cuidadora, también es enfermera auxiliar y vive pendiente del móvil para poder atender ambas labores: “Tienes que tener una vocación, dedicación y sobre todo humanidad”. 

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