Cada vez es más habitual encontrar camareros robots en los locales de restauración. Aunque al principio fueran un reclamo de marketing, poco a poco han ido haciéndose un hueco en los restaurantes, llevando los platos a las diferentes mesas o gestionando las reservas. Estos trabajos, que antes eran exclusivamente humanos, pueden resolverse con poco esfuerzo con ayuda de los robots.
La robótica está avanzando y cada vez son más las aplicaciones de estos compañeros metálicos, que ayudan a los humanos a ser más eficientes.
Francesco Ferro, CEO de Pal Robotics, una empresa especializada en robótica, explica que “en la pandemia nos hemos dado cuenta de que no hay bastantes enfermeros” para cuidar, por ejemplo, a la gente mayor en las residencias. Por eso parte de la solución podría ser que los profesionales cualificados compartieran las tareas con compañeros robots.
Esta solución ya se está probando en algunas residencias, donde los humanoides pasean por las habitaciones de los ancianos por la noche y dan la voz de alarma a los cuidadores en caso de detectar alguna emergencia. De esta forma, los profesionales humanos pueden dedicarse a atender mejor las necesidades de la gente mayor cuando se les requiera.
Ferro explica cómo ha cambiado la percepción que tenemos de los robots. Cuando comenzaron a trabajar en robótica en 2004, “en la mentalidad occidental, los robots eran vistos un poco como ‘Terminator’”, comenta Ferro haciendo referencia a la película de los ochenta. En cambio, los últimos diez años han sido clave para “superar estas barreras” culturales que nos separaban de ellos. Al final, la robótica de servicio busca “ayudar a las personas y colaborar con ellas”, concluye.
Ya existen robots que son capaces de doblar la ropa o llevar incluso el inventario de una tienda. Estas soluciones también tienen el potencial de liberar a los humanos de estas tareas repetitivas que comportan un esfuerzo físico y tiempo, como lo es contar los productos en una estantería.
Un robot puede desplazarse por todo un almacén o tienda de ropa y leer las etiquetas de los productos, de tal manera que al final del día pueda llevarse un control del stock más preciso.
Durante la crisis del coronavirus, algunos hospitales también usaron robots para transportar material sanitario e incluso desinfectar las habitaciones. En este caso, el uso de estos compañeros metálicos disminuía el riesgo de contacto con el virus entre los profesionales sanitarios y de limpieza.
En Japón, un país muy ligado a las innovaciones en el campo de la robótica, también se han usado los robots en la limpieza del accidente nuclear de Fukushima. En este caso, se evita el peligro que para un humano supondría exponerse a los restos radioactivos que todavía quedan en los reactores dañados.
Todo el mundo reconoce los robots de limpieza que entraron en los hogares hace unos años. Pero la pregunta aquí es cuándo lo harán los robots humanoides inteligentes. Elon Musk ha dicho que su robot, Optimus, podría salir a la venta por menos de 30.000 dólares.
Preguntado por este anuncio, Ferro considera que “la clave será la escalabilidad”, la posibilidad de que se fabriquen y vendan en masa para así poder reducir el precio. Pero antes, también advierte de que “todavía tenemos que trabajar mucho en la usabilidad, en el hecho que sean muy sencillos de usar”.
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