Las frutas y hortalizas de los invernaderos europeos garantizan la seguridad alimentaria para sus consumidores, y lo hacen sin recurrir al uso de pesticidas, de manera natural. Isabel Jiménez nos descubre cómo funciona el control biológico de plagas y enfermedades, más saludable tanto para nuestra salud como para el medio ambiente.
Los insectos pueden ser muy beneficiosos en los invernaderos de Europa, ya son depredadores naturales de las plagas que pueden llevar al desarrollo de enfermedades, y no suponen riesgo alguno para los cultivos.
Además, la presencia de insectos en las plantaciones beneficia a especies en declive como son los abejorros, cuyas poblaciones proliferan en los invernaderos y polinizan las plantas de manera natural, favoreciendo los cultivos.
Desde el año 2009, más del 80% de la superficie hortícola de Almería, principal región en el cultivo en invernadero de España, incorpora el control biológico de plagas y enfermedades.
Además de ser la herramienta de control de plagas más sostenible, esta técnica influye positivamente en la calidad de los productos, dotándoles del mejor sabor y mejor aspecto.