Control biológico de plagas y enfermedades: la manera más natural de combatirlas en los invernaderos
El control biológico de plagas y enfermedades es vital en los invernaderos
Se usan insectos que combaten las plagas para reducir el uso de pesticidas
Dentro de los invernaderos hay poblaciones enteras de abejorros que polinizan las plantas de manera natural, de flor en flor
Cada vez más, los consumidores nos preocupamos por la forma en la que se producen los alimentos que consumimos, especialmente cuando se trata de su impacto en nuestra salud, y en el medioambiente.
Por eso, desde el sector de las frutas y hortalizas de los invernaderos europeos, se trabaja para ofrecer productos que, además de contar con todas las garantías de seguridad alimentaria, reduzcan su impacto sobre el planeta Y una de las maneras más naturales de lograr ambos objetivos, es a través del control biológico de plagas y enfermedades, es decir, utilizando insectos que las combaten, al ser depredadores naturales de las mismas, pero, sin suponer un riesgo para los cultivos.
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De esta forma, se reduce enormemente el uso de pesticidas, lo cual supone un gran beneficio para nuestra salud, y también para el medioambiente. Además, estos no son los únicos insectos que nos ayudan a cultivar nuestras frutas y hortalizas. Dentro de los invernaderos hay poblaciones enteras de abejorros que polinizan las plantas de manera natural, de flor en flor.
Los invernaderos del sur de Europa, todo un referente mundial
Desde el año 2009, más del 80% de la superficie hortícola de Almería, principal región en el cultivo en invernadero de España, incorpora el control biológico de plagas y enfermedades. En la actualidad, más de 25.000 hectáreas invernadas en esta zona, emplean técnicas de control biológico. En concreto, para cultivos como el de pimiento, se emplea esta técnica en el 99% de la superficie cultivada.
Todo ello, hace que Almería sea un referente a nivel mediterráneo y mundial, en la aplicación de este tipo de técnica de control de plagas. Técnica que, además de constituirse como la herramienta más sostenible para controlar las plagas, influye positivamente en la calidad de los productos, en su seguridad alimentaria, y en la sostenibilidad de los cultivos, cumpliendo así con todas las exigencias de los consumidores de hoy.