Bruselas sigue adelante en su plan de establecer aranceles para el coche eléctrico chino. Quiere frenar la competencia desleal de los vehículos fabricados en el gigante asiático. La medida, que divide a los países europeos, tendrá una serie de consecuencias en los consumidores, como es el precio de los vehículos. Informan en el vídeo Leticia Iglesias, Almudena Calvo, Anna Ariño y Mariel Chávez.
Para entender el impacto que puede tener esta medida en el consumidor español, es necesario analizar la situación del mercado del coche eléctrico chino. Lo cierto es que su cuota de mercado se ha multiplicado por siete en los últimos años.
En 2020, en la Unión Europea los modelos enchufables no llegaban al 3% y, al cierre del año pasado, la cifra ya superaba el 21%, según la Asociación Europea de Fabricantes de Vehículos.
Todo esto en el conjunto de Europa, pero España, según la Asociación Europea de Logística de Vehículos, es el país donde los coches procedentes de China tienen mayor cuota de mercado, con un 33% del total.
En lo que llevamos de 2024 se han vendido casi 44.000 coches eléctricos y de ellos, casi una tercera parte procedían de China. La razón está en los precios. Antes, el mercado eléctrico estaba reservado a un segmento premium, pero China parece haber encontrado la fórmula para producir coches a precios más bajos. Su modelo más económico parte por debajo de los 20.000 euros.
Algunas marcas europeas que habían trasladado a China su producción de coches eléctricos para abaratar costes, empiezan a volver por la subida de los aranceles. "Desde el punto de vista de nuestro empleo es una buena medida para garantizar que se deslocalice la fabricación de productos europeos hacia China", explica Guillermo Alfonsín, profesor en la Universidad Francisco de Vitoria.
La medida también tiene consecuencias en las fábricas chinas que se van a instalar en España. Chery ha retrasado la puesta en marcha del ensamblaje de sus coches en la antigua Nissan. Una decisión que afecta a la reincorporación de parte de la plantilla.
"Alrededor de unos 350 que están en la bolsa de reindustrialización pendientes de que se ponga la empresa en marcha", apunta en este sentido Miguel Ruiz, secretario general del Sindicato SIGEN-SIR USOC.
Los fabricantes señalan que, de momento, están asumiendo el sobrecoste reduciendo sus márgenes, pero advierten de una subida de precios. "Va a tener impacto negativo evidente sobre todo en el cliente final, que al final va a tener que pagar parte de esta factura y segundo en las redes de concesionarios", apunta José Antonio Galve, de MG España, fabricante de coches eléctricos en china.
En el sector temen que al final la medida frene las ventas del coche eléctrico, que no acaba de despegar. "Si no se están vendiendo, ¿cómo vamos a atraer inversiones de fábricas, de baterías?", se pregunta Félix García, de la Asociación Nacional de Fabricantes de Coches Anfac.
Un entramado de intereses en los que España se juega su futuro como segundo fabricante europeo de automóviles.
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