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Nueva subida en el horizonte para la cesta de la compra. Ahora el turno es para el aceite de palma. ¿La razón? El descenso de producción en Indonesia -uno de los mayores productores del mundo- ya está empezando a generar un alza importante para todos los aceites vegetales y alcanzando máximos que no se veían desde enero de 2023.
Hace más de un año, la inflación supuso un incremento histórico de los precios tanto del aceite de oliva como del de girasol. Desde entonces, muchos consumidores apostaron por el aceite de palma. Ya no solo como materia prima de productos básicos, sino también como el principal aceite para cocinar.
Sin embargo, los precios internacionales del aceite de palma llevan tres meses consecutivos al alza y han arrastrado al índice de precios de los aceites vegetales de la FAO a su nivel más alto. Una situación que está limitando, notablemente, la bajada general de los alimentos.
En el último informe editado por la Organización de Consumidores (OCU) sobre los precios de los productos de la lista de la compra, puede concluirse que los productos básicos de la cesta de la compra han subido. Esto afecta también al aceite de palma, tan empleado en productos comestibles (aceite de freír, margarinas, mantecas, confitería, galletas, salsas, helados y aderezos). También, sus residuos sólidos son empleados en la alimentación animal.
Al subir el precio del aceite de palma no solo se ve afectada la alimentación, sino también el resto de productos oleoquímicos o biocombustibles que se fabrican con éste. Hablamos de jabones, detergentes, cosméticos, velas, tintas para impresión, esterilizadores o grasas lubricantes para maquinaria, entre otros usos.
Los elevados precios del resto de aceites han derivado en un aumento destacado de la demanda del aceite de palma. Uno de los principales productores, Malasia, ha experimentado un crecimiento de casi un 5% en 2024. Esta situación contrasta con la pérdida del 11% del año pasado.
En 2023, India, que es considerado como el mayor comprador de aceites comestibles de todo el mundo, importó 1,09 millones de toneladas métricas de aceite de palma en julio, casi un 60% más que en el mes anterior y la cifra más elevada del año.
En 2024, se han reducido considerablemente las importaciones de aceite de palma, mientras que el aceite de soja gana terreno. Las cifras de palma cayeron a su nivel más bajo en tres meses, registrando en enero tan solo 787.000 toneladas. Por su parte, las compras de aceite de soja aumentaron un 24%, hasta las 190.000 toneladas.
La dinámica del mercado está cambiando. Al haber abundantes suministros de aceite de soja y de girasol, con descuentos, el aceite de palma está cayendo. Algo que también le afecta es la gran cosecha récord de soja en América del Sur, que ha permitido reducir sus precios y llevar a los compradores a optar por esta fórmula.
Los precios más altos del aceite de palma podrían alejar a los consumidores de esta materia prima, tan mal vista por muchos críticos.
Además, los elevados costes de transporte del aceite de palma, hacen que su precio sea aún más elevado para los compradores europeos. De este modo, llega a cotizar con una prima de hasta 100 dólares por tonelada con respecto a otros aceites como el de canola, el de soja y el de girasol en Europa.
Las medidas aplicadas como la rebaja del IVA o la distribución de tarjetas monedero para ayudar a los hogares más vulnerables tratan de controlar una situación insostenible. Con tres años ya de continúas subidas en el precio de los alimentos, que experimentaron un crecimiento del 38%, la tendencia continúa al alza.
En julio, el coste medio de la cesta de la compra mensual fue de 309,5 euros, mientras que en agosto ha subido hasta los 310,26 euros. Un aumento de 76 céntimos, es decir, del 0,25%. Se aproxima a los precios de junio, que fue de 310,64 euros.
Pese a la reducción del IVA, que trajo consigo algunas caídas importantes en el precio del aceite, tanto de marca blanca como de fabricante, la situación vuelve a ser realmente compleja. La evolución no ha sido uniforme. Y es que mientras el aceite de oliva virgen extra ha subido un 6,13%, el aceite suave ha bajado en torno al 2,90%. Por su parte, el aceite de girasol ha subido un 10% más.
A pesar de que los altos precios del aceite de palma puedan reducir el consumo en los hogares, se espera que la demanda industrial de aceite de palma no se vea demasiado mermada. Algo que sucederá especialmente en países como Pakistán, donde se utiliza para fabricar vanaspati ghee, un sustituto más barato de la mantequilla clarificada.
Dicho esto, el aceite de palma podría mantener su prima durante, al menos, unos meses más. Todo ello es consecuencia de la reducción de la producción en Malasia e Indonesia, a la par que aumente la demanda de biodiesel en Indonesia.
Cotizar a unos precios más altos restará relevancia en la cesta de la compra al aceite de palma, que pese a ser una materia prima, posee muchos detractores por su elevado contenido de grasas saturadas, asociándose al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
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